miércoles, 29 de diciembre de 2010

La próxima crisis

Cerramos la primera década del Siglo XXI hablando de crisis; crisis económica, crisis financiera, crisis inmobiliaria, crisis de deuda…

En la nueva década que comienza seguiremos hablando de crisis (estancamiento de nuestra economía, alta tasa de paro, compleja digestión del ladrillo, restricciones al crédito…). No obstante, a pesar de la gravedad de la crisis económica, saltará a los titulares una crisis de la que apenas hemos comenzado a hablar: la crisis energética.

España no ha hecho los deberes durante dos décadas en muchos apartados: mercado laboral, productividad, organización de la administración pública, investigación y desarrollo… Y una de las grandes asignaturas pendientes es la energía.

Ahora que hemos conocido los planes del Gobierno para subir el precio de la electricidad un 10% los ciudadanos comienzan a ser conscientes del problema. La demagogia de nuestros gobernantes (tanto el PSOE como el PP) ha impedido unas subidas de las tarifas eléctricas acorde con los costes a lo largo de la última década. Aplicando la receta favorita de los españoles en los últimos tiempos: para que pagar hoy si lo puedo pagar mañana. No solo hemos financiado nuestra casa, nuestro coche… Los ciudadanos también tenemos una “hipoteca eléctrica”: la parte de la factura que no pagamos hoy la pagaremos mañana.

Con unas tarifas que no cubren los costes, la deuda contraída (lo que se conoce con el déficit tarifario) asciende ya a 14.000 millones de euros y cabalga hacia los 20.000. Es la cantidad correspondiente a la energía que ya hemos consumido y que aún no hemos pagado.

En su día, el Gobierno del PP reconoció que las eléctricas tenían derecho a cobrar la diferencia entre el precio de tarifa y los costes reales y lo solucionó a la española: con un crédito. Se inventó la titulización eléctrica: pedir dinero prestado a los bancos para pagar a las eléctricas. Luego, a los bancos se les devuelve el dinero (con intereses) mediante recargos en el recibo de la luz durante quince años. Así, en lugar de subir la tarifa de la luz de golpe…se iba subiendo poco a poco (generando una “hipoteca eléctrica” a quince años). El gran truco que ha funcionado durante una década: a los españoles no les han subido los sueldos…pero el crédito fácil les ha permitido adquirir vivienda (muchos una segunda), cambiar de coche cada cuatro años, vacaciones de lujo, televisiones de 50 pulgadas, móviles de última generación. Hasta la luz la pagamos mediante créditos (el consumidor disfruta de unas tarifas por debajo del coste sin preocuparse –o sin saber-que lo que no paga hoy…le tendrá que pagar mañana). La burbuja sigue inflándose hasta que las leyes de la física impongan sus reglas.

Pero en 2010 no está resultando fácil encontrar dinero y ya no es tan sencillo titulizar y encontrar quien compre esa deuda. A todo ello hay que sumar la caída de la demanda de electricidad (derivada de la ralentización de nuestra economía) o el desenfreno en las subvenciones a las energías renovables (6.200 millones de euros en 2009) por un lado y al carbón de las cuencas mineras deficitarias por otro (la paradoja de un Gobierno que apuesta por energías limpias con la mano derecha mientras con la izquierda contribuye a que se continúe quemando carbón y emitiendo CO2 a la atmósfera). Por no mencionar la picaresca de los huertos fotovoltaicos solares que generaban energía hasta durante la noche (cuando el astro rey calentaba a los neozelandeses los generadores de gasoil generaban electricidad a la red con las subvenciones pagadas a costa de nuestros impuestos).

El problema energético en España es triple. Por un lado, nuestra energía es cara (no el precio de tarifa -que, a pesar de la subida del 10% para este año, debiera subir otro 30% para hablar de precios reales-sino el coste)

En segundo lugar somos muy poco eficientes energéticamente hablando (el consumidor, al no ser consciente del verdadero precio coste de la electricidad, sigue derrochando energía). Un incremento de las tarifas del 30% incentivaría el ahorro energético (pero hundiría a muchos negocios que ya están tocados por causa de la crisis)

Y, en tercer lugar, aparece el problema que generará nuestra crisis energética en la próxima década: tenemos una altísima dependencia del exterior (principalmente del petróleo y el gas, pero también importamos –en los momentos de alta demanda- electricidad de las centrales nucleares francesas (mientras cerramos la nuestras, una contradicción más de nuestros gobernantes y la demagogia que rodea a sus decisiones)

La dependencia energética externa de España es mayor que la media de la Unión Europea. El grado de autoabastecimiento de energía primaria (relación entre producción interior y consumo total de energía) no llega al 25%, lo que supone que en España más del el 75% de la energía primaria consumida es importada del exterior. Un claro ejemplo es nuestra dependencia del petróleo (que es importado en un porcentaje cercano al 100%) que nos convierte en uno de los países avanzados más dependientes. El previsible aumento del precio del barril de crudo en los próximos meses (volverá a situarse por encima de los 100 dólares) hará más visible aún el problema real: la crisis energética de un país que durante dos décadas no ha desarrollado un plan energético pensando en el futuro y se ha limitado a desarrollar ingeniería financiera para que el verdadero coste de la electricidad no sea reflejado en el IPC.

viernes, 26 de noviembre de 2010

¿Hemos de seguir las pautas de los "mercados"?

No toca debatir sobre los valores morales de los mercados. Sería un debate apasionante, ilustrativo, enriquecedor, pero, sobre todo, un largo debate. Aquellos que quieren centrar ahora la discusión en este punto están desenfocando el debate.

La cuestión no es saber quiénes son los mercados, cuáles son sus intereses o si están o no legitimados para marcar las pautas políticas en un país. La cuestión es que España necesita a los mercados. Un país que ingresa menos que lo que gasta necesita emitir deuda; y eso exige que alguien la compre; y ese alguien se llama “mercado”. Cuando una pequeña empresa necesita un crédito para sobrevivir y el banco le marca unas exigencias muy duras (diferenciales elevados, avalistas, domiciliación de nóminas, seguros del hogar, de vida, que haga el pino con una mano mientras con la otra sujeta las páginas amarillas…) o simplemente le deniega el crédito, no conduce a nada ponerse a criticar en voz alta al sistema bancario; lo más inteligente en esos casos es ponerse a trabajar para que el banco reconsidere su decisión o suavice sus exigencias.

En estos momentos en los que la situación es extremadamente delicada resulta inútil establecer el epicentro del debate en los valores morales de los mercados y su legitimidad para marcar las pautas del desarrollo político y social de un país. Lo que procede es ponerse a trabajar para que estos mercados sigan prestando dinero a un país que lo necesita (y ellos saben que lo necesita).

La situación de España, si bien es crítica, tiene una solución muy sencilla. La receta para recuperar la salud de nuestro país solo tiene un medicamento que se encuentra a nuestro alcance: aplicar reformas sin mayor dilación. No tomar ahora un jarabe que nos puede dejar un regusto amargo en el paladar puede suponer tener que pasar todos los días por el practicante para que nos clave cinco centímetros de acero en nuestras nalgas cada mañana. Y si nos dan miedo las inyecciones siempre podemos esperar hasta que no quede otro remedio y tengamos que pasar por el quirófano. Entre la anestesia, los puntos de sutura, una larga convalecencia y el jarabe amargo, me quedo con el jarabe mil veces de cada mil.

¿En qué consiste esa sencilla receta que resolvería nuestros problemas más graves a corto plazo? Un jarabe con seis ingredientes: laborinina, financianona, ladrillolina, ajusteotón, pensionona y empleonina.

En primer lugar, doscientos miligramos de “laborinina” para subsanar las deficiencias de nuestro mercado laboral. Esencialmente las deficiencias que más molestan a los mercados: la negociación colectiva, la rigidez de nuestro mercado, los problemas de movilidad, etc. Cierto; se trata de renunciar a derechos. Todo un dilema elegir entre renunciar a derechos para conseguir financiación o renunciar a la financiación y continuar con nuestros derechos. Personalmente, puedo imaginar un país sin negociación colectiva y con menores indemnizaciones por despido; pero no puedo imaginar un país sin liquidez para pagar pensiones, inversiones, sueldos de funcionarios y la deuda de sus acreedores. Renunciar a derechos de los trabajadores puede suponer retroceder 20 años en el tiempo. Renunciar a la financiación de los mercados supondría retroceder 50 años.

En segundo lugar, seguiremos bajo la sombra de la sospecha mientras no revelemos el verdadero estado de salud de nuestro sistema financiero (una dosis de “financianona”). Uno de los problemas de Zapatero es que anuncia medidas y luego se olvida de ellas; o las aplica sin convicción; o a un ritmo demasiado lento (para los tiempos que corren). Un ejemplo es la reestructuración de las cajas de ahorros. El proceso comenzó hace año y medio y ahí sigue; pegó un arreón antes de verano (con la anterior crisis de la deuda) y luego volvió a ralentizarse. El mensaje de los mercados es claro: culminen ese proceso ¡ya! Los planes hablaban de reducir un 30% el número de oficinas y llevamos en año y medio una reducción de ¡solo el 5%! Ello supondría perder miles de empleos ¡solo porque lo exijan los canallas de los mercados! Una vez más hemos de elegir entre perder hoy unas decenas de miles de puestos de trabajo en la banca o continuar con cinco millones de parados durante una década. Sin liquidez internacional los bancos seguirán comprando la deuda española que nadie fuera quiere comprar; y mientras los bancos dedican sus limitados recursos a comprar deuda, no habrá crédito para las PYMES, se frenará la inversión y no se creará empleo.

Tercer problema: El crédito vinculado al ladrillo (promotores) supera los 300.000 millones de euros; ha crecido un 3,6% desde 2008; y se considera ya un 11% del mismo como “préstamos dudosos”. No es suficiente con acelerar la reconversión del sistema financiero. Seguiremos bajo la sombra de las sospecha mientras no aflore la realidad sobre el impacto del estallido de la burbuja inmobiliaria en los balances de los bancos (“ladrillolina”). Son cientos de miles de pisos, naves industriales, suelo edificable…que reflejan un valor contable diferente al valor de mercado. Yo puedo decir que mi casa vale un millón de euros pero si nadie está dispuesto a pagarlos, ¿cuánto vale realmente mi casa? El precio de mercado es el máximo precio que un cliente está dispuestos a pagar por mi casa. El precio de mercado de las propiedades inmobiliarias de los españoles es, en el mejor de los casos, un 20% menor que el precio que esos propietarios consideran vale su casa. Y lo mismo en el caso de los bancos. Las entidades financieras no pueden seguir manteniendo precios artificiales y han de reconocer la depreciación de sus activos inmobiliarios (y consecuentemente las pérdidas que hasta ahora se han ocultado). Hemos visto que la auditoría de Cajasur (adquirida por BBK) ha revelado unas pérdidas 4 veces superiores a las declaradas. ¿Está siendo España atacada como parte de una maniobra orquestada para desmoronar la Unión Europea mediante el hundimiento del euro para sustituirlo por chapas de chorizo y convertir a Europa en un Imperio Porcino gobernado desde Rusia? ¿O realmente crece nuestro diferencial por la desconfianza que genera en los mercados que, de la noche a la mañana, las pérdidas de una caja se multipliquen por cuatro; o que únicamente se hayan cerrado en año y medio el 5% de las oficinas, no se haya realizado un ajuste en los puestos de trabajo, no se quiera hablar de la reforma de pensiones, etc?

Cuarto problema: los mercados no se creen que España consiga contener su déficit porque, ¿qué es España? Ya comenté hace un par de años en otro post lo caro que nos iba a salir el desmesurado desarrollo autonómico. Pero ahora el problema no es político, ni histórico, ni social. La realidad es que pocos ven al gobierno de la nación capaz de meter en cintura a todos los gobiernos de la nación. Muchos consideran una quimera reducir el déficit al 6% en 2011 cuando una parte de ese ajuste corresponde a unas Comunidades Autónomas ¡que tienen elecciones en mayo de 2001! ¿Qué Virreyezuelo autonómico va a recortar el gasto púbico, liquidar empresas públicas, congelar el salario de sus funcionarios, despedir trabajadores o reducir el presupuesto de su televisión pública, cuando los ciudadanos tienen que votar dentro de unos meses? Hasta junio no habrá recorte; después, vaya usted a saber. Madrid, La Rioja y Galicia son las únicas que se lo han tomado en serio (cumplen el objetivo de déficit fijado por el Gobierno para el 2009). Sólo seis gobiernos autónomos presentan su ejecución presupuestaria mes a mes (como hace el Gobierno). La escasa transparencia del resto, genera desconfianza en los mercados. Lógico, ¿no? Más allá de las autonomías tenemos el caso de los Ayuntamientos. El mensaje de Gallardón esta semana ha sido claro: todo vale para no empeorar las cifras; aunque sea creatividad contable. El ayuntamiento de Madrid se vende Mercamadrid a sí mismo a través de una empresa pública controlada por el propio Ayuntamiento. El municipio madrileño tiene una deuda de más de 7.000 millones y el gobierno no le deja endeudarse más; como el Alcalde no tiene dinero para pagar a sus proveedores y no puede incrementar la deuda pública, vende una parte de sus activos a una empresa pública que si puede pedir créditos; doscientos millones de euros que suponen “ingresos” para las arcas públicas del consorcio madrileño. Luego la gente se sorprende cuando desde el mundo se mira a España con desconfianza (ven un lazarillo de Tormes en cada gobernante)

Quinto problema: las pensiones. Es otro ejemplo de la poca credibilidad de nuestros gobernantes. Dice en 2009 que no se tocarán las pensiones y sube nuestro diferencial; anuncian en enero de 2010 una reforma y los mercados se relajan; no vuelven a hablar de la reforma hasta que de nuevo llega la presión exterior. ¿Son los mercados los malos de la película? ¿O realmente somos nosotros los que no transmitimos la seriedad que la situación requiere? Vale. La reforma de las pensiones no va a solucionar los problemas de competitividad que tiene España, ni reducir el paro, ni hará crecer nuestro PIB. Pero es una reforma absolutamente necesaria de cara al futuro: la hemos de hacer hoy o mañana; pero hemos de hacerla. ¿Por qué hoy? Simplemente porque hemos dicho que vamos a hacerla y si la continuamos postergando nuestra imagen de país serio (solvente) se ve afectada. Los mercados no entienden de Pactos de Toledo y cosas de esas. Quieren gobernantes resolutivos.

Sexto problema: ¿cómo no van a estar los mercados asustados cuando se habla de un país que es una de las 10 potencias económicas mundiales y tiene un 20% de paro? Esa cifra, más allá del Pirineo y al otro lado del Atlántico, simplemente acojona. Las familias españolas están endeudadas hasta las cejas (casi un 90% del PIB), una de cada cinco personas que desea trabajar no puede hacerlo, el país no demuestra capacidad para crecer y generar empleo, el déficit público pone en peligro seguir pagando a quiénes finalizan su derecho a prestaciones… El impacto sobre la morosidad será directo (hasta ahora permanece contenido, en un 5,4%) pero, sobre todo, tarde o temprano se incrementarán las movilizaciones sociales.

Sin reformas de calado en el mercado laboral, sin finalizar el proceso de restructuración de las cajas, sin reforma de las pensiones, sin asumir el verdadero impacto de la crisis del ladrillo y sin políticas innovadoras que generen empleo, 2011 va a ser un año que figurará para siempre en los anales de nuestra larga historia, compartiendo espacio con los almanaques de 1936, 1998, 1808…

miércoles, 24 de noviembre de 2010

La Cruzcampo no es una Guinness

La Cruzcampo no es una Guinnes y eso es una obviedad; pero ambas son cervezas.España no era Grecia; España no es Irlanda; España no será Portugal cuando nuestros vecinos tengan que ser rescatados. Pero España es España.

Nuestro país genera una desconfianza sin precedentes. La imagen de nuestro Presidente en la cumbre de Jefes de Estado de la OTAN, buscando su lugar, con la cabeza gacha, mirando hacia el suelo, vagando de izquierda a derecha, preguntado “Where is Spain?” es una imagen que equivale a mil palabras (y a otras tantas cifras macro). Una escena que bien podría haber sido escrita por el mismísimo guionista de Mr. Bean describe a la perfección dónde nos encontramos: desorientados, desalentados, cabizbajos y sin rumbo.

El riesgo país en máximos desde 1996; el diferencial con el bono alemán subiendo; la Bolsa bajando. Dos años de recesión (con caídas del PIB del 3,7% y del 0,3% en 2009 y 2010); una tasa de paro que supera el 20%; una deuda pública del 60% que crece de forma progresiva (llegará al 70% en 2011). Y unas perspectivas que retrasan la recuperación hasta 2015 o 2017 (según la OCDE) que augura un “futuro mediocre, bajo crecimiento, alto desempleo y alto déficit.

Y nuestros gobernantes solo esgrimen un argumento: España no es Irlanda. Una obviedad. Pero el problema no reside en nuestras similitudes con Grecia o Irlanda, ni tan siquiera en el hecho de compartir la honrosa membresía al “club PIGS”; el problema de España es la propia España.

España genera desconfianza porque muy pocos ven plausible una recuperación de nuestra economía sin acometer profundas reformas. Nuestra competitividad sigue siendo un lastre y sin opciones para devaluar nuestra moneda tal vez debiéramos llevar a cabo una devaluación interna reduciendo un 25% los salarios para recuperar competitividad mientras obtienen sus frutos estrategias basadas en la innovación y el cambio de modelo productivo (que en el mejor de los casos pueden suponer una década).

Ese problema de competitividad impide aprovecharnos del previsible crecimiento de los mercados exteriores. Cierto es que las exportaciones están creciendo, pero comparadas con las de 2009. Si comparamos las exportaciones españolas del tercer trimestre de este año se hallan al 80,7% de las del mismo trimestre de 2008. China supera las cifras comparativas (105,9% con respecto a 2008), Japón casi las iguala (96,8%) mientras que los países de la Unión Europea se encuentran en una cifra similar a la de España (Alemania 84,9%, Reino Unido 83%). Son estadísticas de la Organización Mundial del Comercio. Revelan que nuestras exportaciones crecen pero a un ritmo inferior al de las economías de nuestro entorno. No es un argumento que avale en ningún caso recuperación de nuestra competitividad, a pesar de que en estos días he llegado a escuchar lo contrario.

Como también he escuchado esta semana que el déficit se está reduciendo de forma acelerada. Como observador me resulta algo difícilmente creíble en una economía que no crece, con una tasa de paro que si lo hace y unas administraciones autonómicas y locales en las que nadie está dispuesto a pisar excesivamente el freno. El último informe del Banco de España dice que a 30 de junio el déficit estaba en el 10.9% (únicamente dos décimas por debajo del registrado al cierre de 2009) con lo cual esa reducción no está siendo tan “rápida” como algunos comentan. Además, son muchas las voces que argumentan una contabilización no homogénea de los ingresos fiscales (como un artículo de Libertad Digital). La ingeniería contable del Gobierno provoca un incremento de los ingresos por retenciones del IRPF (la supresión de la deducción de los 400 euros y también se ha ingresado la cantidad correspondiente a la liquidación de 2009, con lo que tenemos 5 décimas del PIB de ingresos que realmente corresponden a 2009, pero que se están contabilizando en 2010. Si se hubiera contabilizado de otra forma el déficit de 2009 realmente hubiera sido el 10,6% y la tendencia del de 2010 se iría al 11,4%, es decir 8 décimas más. ¿Qué quiero decir con esto? Que la ingeniería contable está muy bien para engañar a los demás pero resulta estúpido creérsela uno mismo. Esta muy bien reducir déficit a base de ingeniería contable, pero la realidad demuestra que, más allá de esa ingeniería, no estamos realmente abordando el verdadero problema. Los medios El Economista también revelan que Hacienda parece haber recibido órdenes de retrasar en lo posible las devoluciones del IVA a las empresas. Cualquier defecto de forma es válido para maquillar la cifra del déficit público. Algunos hablan de un mínimo de 7.000 millones de euros, es decir, unas 7 décimas del PIB. Si ese maquillaje el déficit volvería al 12%.

También resulta socorrido (para justificar que España no es Irlanda) el argumento de nuestra “recuperación” económica: el PIB crecerá en 2010. Si es así, crecerá poco más de 0%. Que lo celebren los que quieran. Pero que tengan en cuenta que ese crecimiento será, una vez más, fruto del maquillaje (no estarça sustentado en un crecimiento real de nuestra economía). Por poner un ejemplo que citan en Libertad Digital: esas devoluciones de IVA comentadas han sido contabilizadas por las empresas (ver el INE) como parte del VAB (Valor Añadido Bruto) generado por un lado y (al no haberse hecho efectivas por parte de Hacienda) también se han contabilizado como impuestos sobre la producción. Algunos hablan de 6.000 millones de euros en el tercer trimestre. ¿Eso qué significa? Que en lugar de crecer un 0,2% interanual ¡estaríamos cayendo un 2,2%! Cierto es que sin estos maquillajes contables estaríamos ahora en un verdadero aprieto (al borde del rescate)

Otro argumento que emplea el Gobierno cuando se menciona el problema de la deuda española es su volumen, inferior en algunos casos y muy similar al de los países de la Eurozona. Pero todos sabemos que lo importante no es la cantidad que debes, sino la capacidad que tienes para hacer frente a tus compromisos. Lo que algunos llaman solvencia. Debemos poco si lo comparamos con otros, pero demostramos poca capacidad para poder pagar lo que debemos. ¿Por qué? Una economía que no crece, una tasa de paro del 20%, una competitividad deficiente y un gobierno que no toma una sola medida de calado al respecto auguran un estancamiento durante una década (al menos) si nadie lo remedia. En este escenario ¿no es lógico que alguien piense en hipotéticos problemas de solvencia? No; es más fácil pensar en especuladores despiadados que atacan sin piedad a España, al Euro, a Occidente….

La credibilidad pasa por demostrar a “los mercados” que España puede crecer y contener su gasto público. Pero eso no se demuestra con cifras maquilladas, sino con hechos; es decir, con medidas estructurales que mejoren la competitividad de nuestras empresas, reduzcan la tasa de desempleo y permitan un crecimiento del consumo, por un lado; y con planes serios para contener el gasto público en los ayuntamientos y autonomías (esta semana leía el dato del coste que supone para los ciudadanos mantener tantas y tantas televisiones autonómicas; ¿nos podemos permitir esos lujos en los tiempos que corren?)

El precio de nuestro bono crece. ¿Qué pasaría si llegara al 7%? Es mejor responder: nunca llegará a esa cifra. Pero más inteligente prever lo que pueda suceder si se dispara hasta esas cuotas. Tal y como ha ocurrido en Irlanda, los depósitos de los bancos menguarían (el capital se fugaría a otros países) y los bancos tendrían problemas para renovar su deuda exterior. El mercado inmobiliario no se recuperaría y sería imposible liquidar los ladrillos y el suelo de los balances de los bancos. La banca recurriría al BCE que ayudaría con liquidez…pero hemos visto lo que sucede después: una vez llegados a esos extremos, en cuestión de semanas o meses, el problema no termina de resolverse.

España no es Irlanda y son muchos los argumentos que lo demuestran. Uno de ellos, el paro. Algunos se sorprenden cuando los “mercados” desconfían de España. Pero nadie se “pone en sus zapatos”: ¿cómo se puede confiar y estar tranquilo en un país con un 20% de tasas de desempleo? Muchas personas fuera de España se preguntan por qué aún no ha estallado una revuelta social; algunos piensan que tarde o temprano el problema estallará. ¿No son motivos suficientes como para tener preocupados a los analistas e inversores internacionales? (¡Qué va! El paro no importa; simplemente son unos canallas especuladores)

Por si fuera poco, el déficit irlandés se ha disparado debido a que el Estado ha asumido las pérdidas del sector bancario, que son ya conocidas en su mayor parte. Pero en España todavía tenemos pendiente la reestructuración de nuestro sector financiero, cuyas pérdidas debidas al inmobiliario aún han de aflorar.

Dejo para el final algo que llevo comentando desde 2007, cuando se iniciaba el problema de las subprime en Estados Unidos y se decía que en España no había ese problema; cierto; la banca estadounidense dio créditos a personas que no se podían permitir el lujo de comprar un piso. En España eso no sucedió, pero los pisos están ahí: construidos y sin vender. La banca dio dinero a los promotores inmobiliarios paraqué construyeran pisos que la gente no se puede ahora permitir el lujo de comprar. No es lo mismo; pero sus consecuencias pueden ser parecidas. El estallido de la burbuja inmobiliaria a afectados a particulares, promotores, constructores, proveedores, ayuntamientos… Pero aún no ha afectado de verdad al último eslabón de la cadena: los bancos. Y aquí si que si….España podrá parecerse a Irlanda.

Al igual que en el caso de Irlanda tenemos un problema de salud del sistema financiero. Si sumamos dos más dos nos dan cuatro: con 325.000 millones de euros en créditos ligados al ladrillo y un “futuro mediocre” (según la OCDE) con paro y crecimiento más próximo al 0% que al 2% hasta el 2013 (por lo menos), nuestros bancos y cajas están al borde del crash. Y aquí es donde se utiliza otro argumento “inapelable”: superaron los “estrés-test”. Ya. Y los dos bancos irlandeses que se sometieron a ellos también los aprobaron. Desde los máximos de agosto, el sector financiero ha destruido un 25% de su capitalización bursátil y en el último mes, se ha dejado un 18%. Y los analistas de divisas de Barclays Capital señalan a las cajas de ahorros españolas como uno de los principales puntos débiles, no ya de España ¡sino de la zona euro y la propia divisa común!

Solo nos quedan dos alternativas: tomar medidas urgentes ya; o ser rescatados e intervenidos a lo largo de 2011. La pasividad no es una opción y el optimismo sin fundamento no es la medicina.

Por cierto. España no es Irlanda y una Cruzcampo bien fría en botellín de 33cl no es una pinta de Guinnes. Pero hemos de recordar que el grupo cervecero Guinness Brewing Wolldwide compró la cervecera sevillana Cruzcampo S.A hace veinte años y que los problemas de Irlanda no escapan a la fábrica de Sevilla (como tampoco podrán ser ignorados por la "fábrica" de Moncloa)

viernes, 5 de noviembre de 2010

El vaso ¿medio lleno o medio vacío? (con agujeros, fijo)

El pasado 22 de septiembre escribía un post en el que vislumbraba la posibilidad de una segunda recesión: preveíamos un tercer trimestre muy flojo, la antesala de un cuarto negativo (una "W")

Nos hemos librado de la recesión técnica (dos trimestres consecutivos negativos) pero por los pelos: el último Boletín Económico del Banco de España (BdE), publicado este mismo viernes, muestra que el PIB se ha estancado entre julio y septiembre, al registrar un crecimiento nulo (0%) respecto al trimestre previo.

Vale..no hay peligro de recesión “técnica”. Pero en un enfermo tan grave como España, un crecimiento del 0% es una malísima noticia. No por evitar el fantasma de la recesión hemos de ponernos a celebrarlo.

La recesión se define como dos caídas consecutivas del PIB a nivel intertrimestral. No hemos caído, pero el PIB se ha estancado, y ahora la cuestión reside en saber si España logrará evitar un PIB negativo en los próximos trimestres.

El Banco de España dice que el estancamiento se debe, "en gran medida, al agotamiento de algunos factores expansivos". Es decir, al final de los planes de estímulo y al recorte de gastos necesario para cumplir nuestros requisitos de déficit. Hemos de elegir entre la asfixia o la inanición (o incumplíos el déficit y la deuda se dispara…o estimulamos la economía con gasto público –como en USA- para que no caigamos en una recesión más grave aún). Cualquiera de las dos opciones…es mala; muy, muy mala.

Se culpa del nulo crecimiento del PIB, en parte a la finalización del Plan 2000E de apoyo público a la adquisición de automóviles -que expiró el 30 de junio- y a los efectos de anticipación de gasto que se había producido en la primera mitad del ejercicio, ante la elevación del IVA a partir del 1 de julio (muchos consumidores optaron por adelantar sus compras para evitar la subida del IVA). Este segundo efecto se minimizará en el último trimestre del 2010, pero el primero persistirá: sin ayudas, la venta de automóviles sigue en caída libre.

El Gobierno insiste: España no volverá a registrar PIB negativo y, por lo tanto, descarta por completo un nuevo escenario de recesión. Pero somos muchos los que no compartimos ese optimismo.

Algunos indicadores adelantados no animan al optimismo. La actividad del sector servicios (PMI), el sector con más peso en la economía española con cerca del 70% del PIB, sufrió una fuerte contracción el pasado octubre (según el índice mensual que elabora Markit). Cayó hasta los 46,5 puntos frente a los 47,9 del pasado septiembre (un nivel inferior a 50 puntos indica contracción de actividad). El peso en el PIB de este sector es tan relevante, que la amenaza de PIB negativo en el cuarto trimestre del año es más que notable.

La industria por su parte continua estancada. El Índice General de Producción Industrial (IPI) bajó un 0,8% en septiembre respecto al mismo mes del año anterior, volviendo así a cifras negativas tras haber subido en agosto un 3,4% (INE hoy mismo).
La inversión en construcción también se contrajo en el tercer trimestre, prolongando así el proceso de ajuste que vive desde comienzos de 2008. La inversión en edificación residencial continuó disminuyendo a un ritmo del 16,1%.

La renta disponible de las familias, según el Banco de España, mostró una contracción del 0,4% en el periodo de cuatro trimestres que acaba en el segundo trimestre de 2010, debido a la caída de las rentas del trabajo, entre otras cosas.

Solo tiran del carro las exportaciones, pero miedo da la medida de la FED de darle a la máquina de imprimir dólares y la posible revalorización del Euro que limite el potencial de las empresas europeas (sobre todo el de las menos competitivas, que son las nuestras)

¿Dónde ve alguien datos para el optimismo? ¿Estamos ante el enésimo falso anuncio de recuperación por parte del Gobierno?

jueves, 4 de noviembre de 2010

Se atisba un cambio de tendencia en el precio de la vivienda

¿Hasta cuándo seguirán bajando los precios de la vivienda? ¿Están a punto de tocar fondo? Son muchos los ilusos que imaginan un escenario en el cual los precios dejen de caer y poco a poco comiencen a recuperarse. Es más fácil pensar en unas vacaciones con Alicia en su país de las maravillas que en una recuperación del mercado inmobiliario. Se atisba un cambio de tendencia en el precio: la velocidad de caída...tiende a aumentar

Esta semana, sin ir más lejos, he escuchado a una asociación de constructores una majadería de primer nivel: que corremos el riesgo de generar una nueva burbuja si no comenzamos ya a construir. ¡Qué más les gustaría a ellos! Pero, ni con esas van a conseguir que la gente se lance a comprar pisos en España. Ni siquiera con el cuento del lobo que no se tragan ni los niños de primaria.

Los precios bajan y lejos de cambiar, es una tendencia que se acelera. El portal inmobiliario idealista.com registró el mes pasado 22.772 bajadas de precios en inmuebles de segunda mano ¡un 80% más que en el mismo mes de 2010! Y un 15% superior al de septiembre. Pero ni con esas se estimulan las ventas. Dicen los expertos que algunos propietarios tienen miedo a no vender su piso una vez en enero se acaben las desgravaciones por compra de vivienda. Francamente, a mi eso del fin de las desgravaciones, si tuviera que vender mi piso, es lo último que me importaría.

Según idealista.com la caída de precios interanual roza ya el 8%. La rebaja es ya de 4.150 millones de euros a lo largo de este año. Pero ni con esas. Se venden menos casas que coches…que ya es decir.

Lógicamente la risa va por barrios. En las principales capitales, en las mejores zonas, se vende. Eso si; por esas zonas se dejan ver compradores con el cuchillo entre los dientes. Navegan por Internet, localizan viviendas significativas, atractivas…sondean al comprador…tasan la casa…y ponen sobre la mesa ofertas que en la mayor parte de los casos provocan risa y en el resto indignación. Pero en alguna ocasión suena la flauta y se consigue un chollo (o lo que por lo menos ahora se puede entender como chollo, que habrá que ver dentro de unos años)
En el otro extremo tenemos decenas de miles de casas construidas a medio camino entre la ciénaga de Shrek y las favelas de Río de Janeiro. Casas que no se venderían ni regaladas en pedregales de Murcia que iban a ser verdes campos de Golf, Seseñas varios repartidos a 100 kilómetros de distancia de la nada, etc.

Pero la fiesta solo acaba de comenzar. Apenas tenemos cuatro colgados en medio de la pista de baile calentando el hielo del cubata. En la puerta de la disco, haciéndose los locos, como que no quieren entrar, tenemos a los bancos y cajas españolas. Cuando se decidan a entrar, la pista de baile va a parece la mezquita de La Meca en temporada alta.

Cuando los bancos necesiten imperiosamente el líquido elemento financiero, podrán en el mercado decenas de miles de pisos que tienen en sus activos. Pero sobre todo, cuando los cientos de miles de millones que tienen en suelo les obliguen a ponerse el mono de promotor inmobiliario y a edificar –y vender- pisos como churros, los precios volverán a experimentar otra vuelta de tuerca con una llave del trece. Eso si, en este país no venderá un piso ni el tato…si no eres un banco.

Nadie compra un piso en este país por tres motivos: los precios siguen cayendo y son más de un millón los pisos disponibles; las entidades financieras no tienen dinero para hipotecas..que no sean para sus pisos, claro está; y el esfuerzo económico que se necesita para acceder a una vivienda empeorara. El porcentaje de la renta bruta disponible anual que tienen que destinar los compradores al pago de la hipoteca subió en septiembre, tras dos años seguidos de caídas. El cambio de tendencia se produce tanto en términos absolutos como netos –descontadas las deducciones fiscales–, según los últimos datos oficiales, recién publicados en la web del Banco de España. Una familia media destina ahora un 33,2% de sus ingresos brutos a pagar las cuotas del préstamo hipotecario con el que financia la adquisición de su casa.

No hemos de olvidar que el alza del euribor, de la mano de la posible elevación de los tipos de interés y la desaparición para la mayoría de nuevos compradores de la ayuda fiscal, elevará este porcentaje. Además, los expertos (y la banca) aconsejan no destinar más de un 33% de los recursos familiares al pago de un piso (pero con los cambios inminentes el esfuerzo neto va a subir de golpe más de 6 puntos porcentuales).

Y no hemos de olvidar que tenemos una tasa de paro del 20%, más de un millón de hogares en los que no trabaja nadie y lo que es peor, unas perspectivas como para echarse a llorar: esa tasa de desempleo tardará años en reducirse.
Muchos piensan que el precio de mercado es el precio medio del metro cuadrado que vemos en los periódicos o en los portales de Internet. En mi zona, 4.000€ metro cuadrado; por 150 metros, el precio “de mercado” es de 600.000€. Pero el precio no lo determina en este caso la oferta sino la demanda. En un país con los sueldos congelados y en algunos casos a la baja, si adecuamos el precio a los salarios de las personas nos damos cuenta que en muchos casos sería necesaria una rebaja del 50% sobre esos precios para que las personas puedan comprarse esa casa (ya que los bancos no creo vuelvan a dar más del 80% del precio…ni superen sus cuotas más del 30% del poder adquisitivo del comprador.

Llevamos 3 años de caída de precios, ¿hasta cuándo?, dicen algunos esperando un cambio de tendencia; como si 3 años fueran una eternidad. No olvidemos que en Japón llevan cayendo los precios de la vivienda 20 años.

El fundador de idealista.com dice que en España ha habido en los últimos años dos mantras: 'el precio de la vivienda no puede bajar' y 'alquilar es tirar el dinero'. En estos momentos el primero se demostrado completamente falso, y el segundo también lo es. Hay gente que compró su casa hace diez años y está perdiendo ya mucho dinero….aunque lo sabe.

Una vivienda que costó 400.000€ hace diez años llegó a tener un precio de 600.000€ hace cuatro años. Si tenemos en cuenta los intereses que se han pagado en esos 10 años por el crédito hipotecario el precio pagado hasta la fecha es de 460.000€ y si hoy realmente el propietario quiere venderla, tendría que hacerlo por un precio inferior a los 500.000€, confiar en la aparición de un comprador con poder adquisitivo y, eso si, tener alguna característica que hace de esa vivienda algo único: su luminosidad, espacios abiertos, superficie, terrazas, orientación….¡lo que sea pero único! Como existan en la zona decenas de viviendas similares y no existan elementos que enamoren al comprador, éste sacará el cuchillo y se llevará alguna que seguro baja de esa cifra.

Y lo peor no es eso. Lo peor es que dentro de un año…la casa valdrá menos…pero el coste real (sumando los intereses de otro año) habrá subido. Y quien sabe lo que pasará con los tipos de interés dentro de unos años: ahora están en mínimos históricos, peor el día que cambien las tornas…Si fueran empresas, cientos de miles de españoles estarían en quiebra: deben al banco más de lo que tienen; el pasivo supera al valor de su activo.

Nos quedan muchos años (creo que al menos una década) de lentas y graduales bajadas antes de poder decir que el precio medio de la vivienda en España "ha tocado suelo". El tamaño de la burbuja española es de tal magnitud que no se absorbe en 5 años.

miércoles, 6 de octubre de 2010

No hace falta Plan B (más bien un buen Plan A)

Es mejor un mal plan que no tener ningún Plan. Lo que pasa es que cuando el plan es muy malo, tal vez no sea suficiente y se requiera un Plan B. Así se lo ha hecho ver al Gobierno el Gobernador del Banco de España. Miguel Ángel Fernández Ordoñez.
Una vez más, la historia se repite. Todos están equivocados y el Gobierno tiene razón; todos se equivocaban cuando advertían sobre la llegada de la crisis; todos se equivocaban porque a España esa crisis no le iba a afectar; todos se equivocaban porque en España el paro no pasaría de los tres millones.

Y todos se equivocan hoy, cuando anuncian unas previsiones de crecimiento para la economía española en 2010 sensiblemente inferiores a las del Gobierno: el Banco de España, las Cajas de Ahorro, la Unión Europea, el FMI… Todos se equivocan.

Por si se diera el caso (que no se dará) de que sea el Gobierno (y no todos los demás) el que se equivoque, Miguel Ángel Fernández Ordoñez solicita un Plan B. Más que nada porque si no crecemos lo que prevé crecer el Gobierno en los Presupuestos, la recaudación va a ser sensiblemente inferior a la prevista…y mira por donde las cuentas no van a cuadrar. Da lo mismo ingresar diez mil millones más o diez mil millones menos….pero casualmente tenemos un pequeño problema de déficit y unos compromisos de reducción que hemos de alcanzar. Más que nada, por eso lo del Plan B. Porque (que no será el caso ZP…) si no crecemos y no ingresamos, más palmamos… más presión sobre la deuda…más caro nos va a salir colocarla (lo pagarán nuestros hijos, claro) y más nos acordaremos de los malditos mercados… especuladores. Fernández Ordóñez a dicho que «sería un error atribuir solamente a un comportamiento gregario de los mercados financieros los episodios de extraordinaria tensión de estos meses»

Conseguir que el déficit se quede en un 6% del Producto Interior Bruto no es un objetivo; es o si, o si. Si nos quedamos por encima, nos van a sacudir hasta en la sopa (y la multa de la UE será lo de menos).

El Gobierno ha sido veloz en responder. El secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, aseguró en los pasillos del Congreso poco después de escuchar la propuesta que «no hace falta un plan B». Además, resaltó el «firme propósito» del Ejecutivo de «cumplir el objetivo de reducción del déficit», y que sus previsiones son «muy prudentes». ¡Salvados!

Pero hay un último factor, incontrolable hasta el momento, y que puede manda al carajo el Plan: la deuda de las Comunidades Autónomas y a los Ayuntamientos. Si no las metemos en cintura ya, lo vamos a pagar ¡muy caro!

lunes, 4 de octubre de 2010

¿El final de la recuperación?

En los dos anteriores post de este blog decíamos que, ante el desmesurado optimismo desatado en algunas filas, los datos no animaban, ni mucho menos, a hablar de recuperación económica.

Hoy hemos sabido que el número de parados aumentó en septiembre en 48.102 personas, hasta rebasar los 4 millones. ¿Se corresponde este aumento con la teoría de “un país en recuperación”?

Esta mañana nos hemos despertado en Bilbao con aguaceros y fuertes vientos. El verano queda atrás. Y con él los argumentos para los optimistas antropológicos que celebraban los 200.000 empleos creados cuando el sol calentaba las playas y llenaba los chiringuitos de turistas. Septiembre sería la prueba de fuego y el resultado ha sido (sorprendente para algunos) negativo. Es cierto que septiembre suele ser un mal periodo para el desempleo, pero este repunte del paro ha sorprendido hasta a los más fieles creyentes de la recuperación milagrosa (porque sería un milagro recuperar nuestra economía sin hacer nada por ello).

He leído a alguno de esos optimistas antropológicos que compara los 40.000 empleos perdidos en septiembre de 2010 con los 80.000 del año pasado. Se les olvida comentar que según ellos mismos, estamos en fase de recuperación (y después de haber tocado fondo, si estamos en franca recuperación no se debían haber destruido puestos de trabajo netos, a pesar de ser septiembre y el final del verano, como dice el Dúo Dinámico). Cierto es que de los 40.000 nuevos parados unos 50.000 proceden de los servicios (como corresponde al fin de la campaña de verano) y que la construcción y la industria han generado empleo (unos 15.000 entre ambos) pero no al ritmo esperado.

Analizando los datos suena una alarma: el aumento del número de parados entre los mayores de 25 años ha sido de un 0,6%. Entre los menores de 25 años, ¡un 6%! De los 40.000 nuevos parados más de la mitad, 25.000, son jóvenes para los cuáles las puertas de acceso al mundo laboral parecen selladas con la silicona que le sobró a los sindicatos el día de la huelga. Técnicamente se podría decir que cada recién licenciado en 2010 se ha convertido en parado.

Una economía que se recupera no incrementa en un 1,2% su número de parados en un mes. De nuevo por encima de la cifra psicológica de los 4.000.000 de parados y para más inri la Seguridad Social vuelve a perder afiliados.

Quiero completar este post con unos comentarios de Joseph Stiglitz, ex economista jefe del Banco Mundial (BM) y premio Nobel de Economía, en su libro "Freefall" (Caída libre), del que publica hoy un extracto el rotativo británico "The Sunday Telegraph":

"España podría estar entrando en el mismo tipo de espiral mortal que afectó a Argentina hace sólo una década". "España es víctima de "las reglas del juego", que le obligan a recortar su gasto, lo que casi con total seguridad conducirá a un incremento aún mayor del desempleo. La economía española se ralentizará, pero la mejora de su posición fiscal será mínima: con menor crecimiento, los ingresos por vía impositiva caerán, el gasto social -como el subsidio de paro- se incrementará y los déficit seguirán siendo altos. En estos momentos, España no ha sido atacada por los especuladores, pero puede que sea sólo una cuestión de tiempo"

Stiglitz considera que la raíz del problema para países como España o Grecia es que no pueden utilizar su divisa como un elemento de reajuste de sus economías, ya que el euro tiene un cambio fijo.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

¿Optimistas o realistas?

Decía el escritor inglés William George Ward que el pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; y el realista ajusta las velas.

España es un galeón que navega por el mar de la crisis con una tripulación gobernada por optimistas: el capitán se mantiene firme en el puente de mando, rodeado por sus fieles oficiales, esperando a que el viento cambie.

En las empresas españolas nos encontramos muchos pesimistas (siempre se quejan; lo hacían en 2007 cuando nuestro PIB crecía y lo hacen ahora que decrece), muchos optimistas (que no hacen nada salvo limitarse a esperar un cambio de tendencia) y unos pocos (los menos) realistas: las personas que ajustamos las velas en función de la dirección e intensidad de los vientos.

Comento esto porque hace unos días me comentaban los alumnos que “se respira un cierto optimismo”. Cierto. Pero se trata más de personas con pensamientos positivos a la espera de un cambio de viento (como diría Ward) que individuos cuyo estado de ánimo viene condicionado por una análisis sereno y objetivo de la realidad.
Las economías más importantes han dejado atrás la recesión. Pero eso no implica una recuperación vigorosa (simplemente han dejado de caer). Mientras tanto, España seguirá cayendo cuando finalice el 2010 (a menor velocidad, eso sí) y estamos más cerca de una segunda recesión (encadenando dos trimestres consecutivos negativos si el tercero de este año fuera negativo –que parece lo será- y el cuarto siga la misma tendencia –que pocos datos animan a los contrario). No hay que caer en el pesimismo, sino tomar medidas (ser realista) algo que nuestros gobernantes aún no han decidido hacer.

Todo el arsenal desplegado en forma de estímulos (Planes E para los ayuntamientos, ayudas para automóviles, electrodomésticos…) han generado un insignificante crecimiento (en el segundo trimestres de 2010) del 0,2%; motivo de satisfacción para los optimistas y de preocupación para los realistas.

Sea una “W” (una segunda recesión tras un periodo de crecimiento leve vivido hasta este tercer trimestre de 2010) o una “L” (dejamos de caer, pero tendremos una larga época de crecimientos insignificantes) es absolutamente necesario realizar profundas reformas (lo que se ha hecho hasta ahora, si bien es un primer paso, resulta absolutamente insuficiente).

Vientos favorables, haberlos haylos: las economías emergentes se recuperan, Latinoamérica mantiene un ritmo de crecimiento significativo y la locomotora alemana comienza a carburar (pero tengamos en cuenta que la debilidad esgrimida por el euro durante la crisis de la deuda griegohispanolusa ayudó a sus exportaciones). Pero la fuerza de esos vientos queda relativizada por las incertidumbres que generan importantes economías como la británica (déficit y deuda) o la propia estadounidense (la crisis inmobiliaria persiste y no se termina por comenzar a crear empleo); o la certeza al respecto de los graves problemas a los cuáles se enfrentan países como Grecia o Irlanda.

Pero sobre todo continúan soplando vientos adversos dentro de nuestro propio país. La tasa de desempleo cabalga a sus anchas por encima del 20% con una reforma laboral que no ha dejado satisfecho a nadie (ni a los sindicatos, ni a los empresarios ni al gobierno…). El crédito no termina de fluir (los bancos suficiente tienen con atender sus propios compromisos mientras vigilan el ritmo de crecimiento de la morosidad).

La reducción del déficit es una especie de misterio ya que resulta complicado controlar las diferentes fuentes de generación de gasto público, especialmente la de algunos ayuntamientos y comunidades autónomas que se van a enfrentar en 2011 a desafíos impresionantes. Por cierto, con el desmadre de ayuntamientos y comunidades, ¿cumpliremos nuestro compromiso de reducción del déficit -6% del PIB- en 2011? El que vea pocas probabilidades ya sabe lo que nos espera: volverán los problemas con el diferencial de la deuda (reviviremos mayo de 2010).

Con un 20% de paro (el FMI dice que no volveremos a crecer por encima del 2% -el mínimo exigible para comenzar a crear empleo- hasta 2016), los mercados controlando nuestra inversión pública, recortes, falta de crédito, incrementos de impuestos, desastre inmobiliario y administraciones públicas hiperdimensionadas (por cierto, solo la administración central ha incrementado un 2,6% el número de funcionarios)… el mercado interior tardará en recuperarse. El único clavo ardiendo al cual podemos agarrarnos es la (esperemos) recuperación exterior. Pero aquí las empresas españolas se darán de bruces con la cruda realidad: no son competitivas. El desmadre de la época de crecimiento nos ha conducido a la situación actual en la cual la proporción entre salarios y resultados es desastrosa; hemos ido incrementando salarios sin incrementar los resultados generados de forma proporcional, lo que ha dejado muy tocada a nuestra productividad. Cierto es que las exportaciones españolas han crecido en la primera mitad del año un 16%. Pero en los últimos tres meses presentan un estancamiento en su ritmo de crecimiento preocupante y, a pesar de crecer, estamos muy lejos todavía del volumen alcanzado en 2007 (si todo va bien cerraremos 2010 con un volumen similar al de 2006). En otras palabras, no estamos aprovechando (o no podemos aprovechar) la recuperación exterior con las mismas posibilidades que nuestros competidores francos, germanos o anglosajones.

Y recuerdo (por si alguno lo había olvidado) que seguimos teniendo un millón de pisos sin vender (más de 150.000 millones en ladrillos dentro del balance de bancos y cajas) y que nadie sabe cuándo se venderán (y los promotores deben a la banca 400.000 millones). Con un mercado inmobiliario muerto (los promotroes no bajan el precio; prefieren que se lo quede el banco), tarde o temprano aparecerá ese agujero de más de 500.000 millones de euros.

Ser un país con muchos pesimistas (por mucho que hagamos España seguirá siendo España), con muchos optimistas (sin hacer nada volveremos a ser la alegría de la huerta en la champiñón league) y pocos realistas (pero…¿tendremos que ajustar alguna vela, no?) ha generado otro problema: en otros lugares (como Alemania) la crisis ha motivado a las personas para cambiar (a pesar de no tener problemas de deuda, Alemania a recortado su gasto público; a pesar de no tener un 20% de paro, muchos países introducen mejores) mientras que en España no hemos aprovechado la crisis para realizar las profundas reformas que hace años se vienen exigiendo.

Y aquí recurro de nuevo a una frase de Ward: Las oportunidades son como los amaneceres; si uno espera demasiado, se los pierde.

martes, 21 de septiembre de 2010

La amenaza fantasma 2

La semana pasada un alumno del Executive MBA de ESEUNE me decía: "la crisis ha de estar remitiendo...ya que el ritmo de tus post está bajando"

Cierto lo segundo: llevo un tiempo sin escribir...aunque más por falta de tiempo que otra cosa. Pero incierto lo primero: no creo que la crisis esté remitiendo; es más (ojalá me equivoque) pero estamos de nuevo al borde de la recesión. La amenaza fantasma, pero en una segunda edición.

Después del verano aguardaba expectante el abanico de datos que se publicaría a mediados de septiembre (¿serían ciertos los rumores extendidos por el Gobierno y medios afines al respecto de la mejoría económica? ¿O simplemente eran comentarios interesados?)

La semana pasada Eurostat publicó las cifras de producción industrial de agosto, y el índice mostró su tercera caída intermensual consecutiva, hasta situarse en 84,9. Cierto es que estamos por encima del mínimo (81,6) marcado el año pasado (en los momentos más duros para la industria) pero si analizamos la tasa interanual vemos que estamos a un paso de entrar en negativo.

El sector servicios también se había recuperado levemente a comienzos de año. Pero el Intituto Nacional de Estadística (INE) publicó la pasada semana el IASS (Indicador de Actividad del Sector Servicios) del mes de julio y, tras cuatro meses de modestas subidas, el indicador vuelve a entrar en negativo en el interanual.

A ello hemos de sumar la caída en las ventas minoristas en ese mes de julio (¿será todo achacable a la subida del IVA o seguirá la tendencia en los próximos meses?)

Por supuesto la construcción (que no había mostrado ningún atisbo de recuperación hasta la fecha, como sucedió con la industria y los servicios a mediados de año), sigue en caída libre y el índice muestra el peor datos desde 1997 y está un 42% por debajo del máximo histórico alcanzado en 2005. Y lo peor es que nada parece indicar que esta caída se detenga en los próximos meses.

Los optimistas se agarran a la recuperación exterior como el último clavo ardiendo ante el negro panorama que nos espera en el mercado interior con un 20% de paro. Sin embargo, si analizamos los datos de comercio exterior, la cifra permanece constante en los tres últimos meses (agosto, julio, junio). Muestran una leve mejoría con respecto a los meses precedentes, pero el esperado tirón de las ventas en el exterior aún no se ha producido (y en su lugar observamos un preocupante estancamiento, como si hubiéramos tocado techo). Es aquí donde sufriremos la falta de competitividad de nuestras empresas que a duras penas pueden competir con rivales de otros países. Las exportaciones se han estabilizado, pero estamos un 20% por debajo de la cifra alcanzada en 2008

Mal las exportaciones y mal también las importaciones, La demanda interna se contrae y encontramos el peor datos desde el mes de enero. Es incluso un poco peor que el correspondiente a agosto del año 2009.

Analizando las cifras de importaciones también se observa una contracción adicional de la demanda interna, dado que el dato es el peor desde el mes de enero y ligeramente peor que el de hace un año.

Sobre el sector público, nada nuevo que mencionar: el déficit y la presión sobre nuestra deuda han obligado a recortar el gasto público y su contribución a la recuperación de nuestra economía será nula. Por supuesto, se terminan los estímulos para las empresas constructoras y de automóviles (Plan E)

Tampoco aumenta el crédito y además se nos anuncian próximas subidas de impuestos. Y para la semana que viene tenemos convocada una huelga general (que, a pesar de no contar con el apoyo mayoritario de los trabajadores, será un éxito por el bloqueo de los transportes previsto por unos sindicatos que se la juegan y un Gobierno que preferirá mirar para otro lado con tal de no dañar más su relación con ellos)   

Todo parece indicar que en el tercer trimestre de 2010 nuestro PIB volverá a los números rojos (crecimiento negativo) y los augurios para el último trimestre no son nada halagüeños. Conclusión: España entrará en recesión de nuevo a finales de 2010 (porque se encadenarán dos trimestres consecutivos en negativo). En resumen, no solo no nos estamos recuperando, sino que con toda probabilidad estamos iendo a peor (algo que todas las empresas han de tener en cuenta en sus previsiones si no quieren volver a toparse con los graves problemas de 2009)

Alguno se llevará las manos a la cabeza pero en realidad, ¿hemos hecho algo para evitarlo?

Un euro para salvar el mundo

¿Quién dice que a los occidentales nos importa un carajo el tercer mundo? Ahora pagaremos 1€ con cada billete de avión que compremos, para ayudar a su desarrollo. Por ejemplo:

- Un fabricante de microcircuitos y condensadores de telefonía móvil pagará 1€ cuando saque un billete para volar a el Congo a comprar coltán (como se conoce a la columbita-tantalita, un mineral esencial para la electrónica que es extraído por niños semiesclavizados que trabajan 18 horas al día dándole al pico y a la pala).

- Un turista pagará 1€ para volar a un resort del Caribe (construido sobra varias hectáreas de fauna y flora protegida frente a un arrecife de que se llena de buceadores que buscan sacar una foto a los peces de colores mientras destrozan a aletazos y patadas el coral), en el que trabajan cientos de trabajadores que cobran poco más de 100 dólares al mes (le llaman turismo low-cost…en busca de países con los costes laborales cada vez más bajos).

- O un empresario de distribución textil que visitará en Vietnam las fábricas en la que cada jornada 5.000 trabajadores hacinados, sin medias de seguridad, producen por un dólar al día de salario decenas de zapatos, camisetas.

- O las compañías petrolíferas pagarán 1€ cuando envíen a las costas del África Occidental a sus ingenieros expertos en extracción y construcción de pozos. Al igual que pagarán 1€ las compañías que buscan madera, café, minerales…
Pagaremos 1€..pero eso sí, de forma voluntaria.

Una brillante idea más del hombre que quiso salvar España y como no le entendía casi nadie intentará ahora salvar el mundo.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Mentiras sobre la crisis

Estoy indignado. Hoy se cumple el segundo aniversiario de Lehman y hemos perdido en España dos millones de empleos; en parte porque la crisis financiera e inmobiliaria han llevado a la quiebra a 250.000 empresas, la mayoria pymes; y los sindicatos se dedican a denigrar, ridiculizar e insultar a esos pequeño empresarios (con Diaz Ferrán no se meten, que luego hay que almorzar con él en el Ritz) con unos videos casposos, machistas y por cierto, muy mal elaborados (la serie "las mentiras se la crisis" que la UGT tiene en Youtube) Hasta el título está mal redactado (ni te cuento los diálogos y el guión). La UGT pretende animar a la gente para la huelga; no se si lo consegirán...pero lo que si lograrán con esos videos es seguir denostando la figura del pequeño empresario. Toda una inspiración para los jóvenes. Perfecto el mensaje: el empresario es un vago, machista, explotador y encima imbécil. Me pregunto: ¿qué joven querrá ser empresario con estos mensajes? Y recuerdo algo que no se si se les ha pasado por la cabeza a los sindicatos: sin empresarios no hay empresas y sin nuevas empresas no vamos a generar los millones de empleos que nuestra maltrecha economía precisa.

miércoles, 14 de julio de 2010

La canción del otoño: God Save del King

Calma en los mercados. Las emociones vividas con el campeonato Mundial de Fútbol han rebajado la intensidad informativa de la nación e incluso la del mismísimo debate sobre el estado de la nación o la sentencia del Estatut. Además, medio país está ya de vacaciones mientras el otro medio prepara las suyas; las empresas están inmersas en el medio gas que supone esta época estival y las calles del país se vacían a media tarde cuando el mercurio coquetea con los cuarenta grados y los ciudadanos solicitan amparo ante sus ventiladores y equipos de aire acondicionado del Mediamark en la comodidad de sus sofás, viendo el Tour con el rabillo del ojo mientras Morfeo intenta seducirlos para que caigan en sus brazos.

Y la crisis parece haber pasado a un segundo plano, detrás de Iker Casillas, la ola de calor y la canción del verano. ¡Hasta el Ibex se apunta al olvido! Bendito paréntesis. Pero todos sabemos que irremediablemente llegará el otoño.

Aún no sabemos si los huevos de Giorgi Dan se convertirán en canción del verano (o en tortilla de patata)o si el galardón estival recaerá sobre el Waka-Waka de Shakira o cualquier otra musiquilla pegadiza que haga bailar en las berbenas de los pueblos tanto a los niños de siete años como a sus abuelas de setenta. Pero si sabemos cual va a ser el tema que ocupará el top de las listas informativas en otoño: el euro.

Cada vez son más los expertos que afirman que la unión monetaria es insostenible, resultando el único argumento a favor de la moneda única la espectacular crisis en la que se sumergiría la economía mundial si el euro desaparece. No puede desaparecer porque sería un caos pero es un caos mantenerlo.

La salida de la UEM de un solo país tendría unas consecuencias muy graves para los mercados. Una completa ruptura (cito literalmente un informe de ING) tendría efectos que superarían al colapso posterior a la quiebra de Lehman Brothers. Esto parece claro y pocos ponen en duda el efecto devastador de esa desaparición.

Pero también resulta cada vez más clara la insostenibilidad de la unión monetaria actual, debido a la multiplicidad de políticas fiscales y a los diferentes niveles de desarrollo económico de sus miembros.

A partir de ambos argumentos (si desaparece el euro vendrá otra crisis internacional similar –si no más grave- a la vivida entre 2008 y 2009; pero el euro tal y como está concebida hoy en día la UEM no es sostenible) solo hay dos alternativas: asumir su desaparición y el que más chifle capador; o comenzar cuanto antes a redefinir la política económica y fiscal de la zona euro.

La semana pasada un analista (el estratega de inversiones de Investec Asset Management, Max King) no se cortaba un pelo al afirmar en una entrevista de la CNBC que “el euro es insostenible y se derrumbará en los próximos meses. Todo el mundo, los políticos europeos, las instituciones europeas, los inversores, incluso Roubini están en la negación. El euro es insostenible y se enfrenta a un miércoles negro. Y es muy probables que suceda este otoño”. Tal vez estemos ante un caso de eyaculación precoz la de éste King y unas cuantas semanas sea un plazo de tiempo demasiado breve para asistir al desastre; pero no es menos cierto que cada vez son más los economistas que hablan del colapso del euro en los próximos años (a lo largo de esta próxima década o la siguiente) si no se acometen profundos cambios.

Esta situación se me antoja el guión perfecto para una película de Hollywood: el científico (en este caso economista) acusado de chiflado que advierte del colapso del euro (cual meteorito que se acerca a la tierra) en varias semanas mientras la comunidad científica (el resto de economistas) se dividen entre quienes piensan que el meteorito pasará de largo y quiénes piensan que tal vez nos alcance en los próximos años, pero en todo caso de refilón. Mientras tanto, el observatorio (en este caso el banco ING) nos adelanta un informe de daños: si el meteorito roza la atmósfera de la Tierra (es decir, si Grecia sale del Euro) los daños (económicos) solo afectarán a ese país (una caída estimada de su PIB del 7,5%) mientras que sus vecinos (la zona euro) apenas notarían sus efectos (una caída del 1%). Pero si el impacto es directo (si el euro se desmonta) las economías de los países (que pasarían a llamarse exEurozona) caerían entre un 5% y un 9% y los precios de los activos se desplomarían. Y después del impacto seguirían los problemas: las nuevas monedas de las “economías periféricas” probablemente se depreciarían un 50% o más (la semana pasada el historiador José Varela Ortega dijo que de ser así veríamos un dólar a 600 pesetas) y las tasas de inflación se describirían mediante dos dígitos. Tampoco los alemanes o los franceses escaparían a la crisis: entrarían en deflación al apreciarse sus monedas (que serían consideradas activos seguros).

Un premio Nobel de Economía (Amartya Sen, galardonado en 1998) ha declarado (también en la CNBC) que el euro ha sido (y que ya lo dijo en su día) un gran error:
“ahora estamos atrapados dentro y si saliéramos sería el segundo error más grande, ya que generaría una gran cantidad de pánico y preocupación”.

Un gran error no se subsana con otro error más grave. Solo nos queda una misión (todos los países hemos de trabajar en equipo, como en las películas, para evitar que el meteorito acabe con nosotros): el euro debe ser salvado. Los países fuertes (léase Alemania) han de hablar alto y claro a sus ciudadanos: de la misma manera que en su día tuvieron que pagar la caída del Muro y la reunificación, y más adelante la modernización de países como España, Grecia y Portugal mediante fondos de cohesión, ahora han de contribuir a la supervivencia de los miembros más débiles de la Eurozona. Dinero para la reunificación, dinero para la integración y ahora dinero para la salvación. La Unión Monetaria tiene que ser salvada a toda costa.

Ójala la canción del otoño sea "God Save del King" (me refiero al citado Max King, el economista que advierte de la inminente llegada del meteorito). ¡Que Dios nos salve del tal King! (de sus profecías apocalípticas quiero decir)

miércoles, 30 de junio de 2010

Un plan de rescate desde Washington

¿Qué se comenta hoy en Washington sobre la crisis "en Europa"? Pues algo que en España nos habían negado por activa y por pasiva: el FMI tiene preparado el plan de rescate para "países con problemas"

El Fondo Monetario Internacional trabaja sobre dos nuevas líneas de crédito: una de carácter "preventivo" (con mayores facilidades de financiación) y otra que se aplicaría a nivel "regional" (que es una bonita forma de referirse a países con España, Irlanda, Protugal, Italia...sin poner en el punto de mira a ninguno en concreto), que serviría para “evitar la estigmatización de los países que acudan al Fondo” (se garantizaría el anonimato de los posibles gobiernos beneficiarios).

De esta forma se podrá ayudar a España sin que eso signifique un caos bursátil, incremento de los tipos de su deuda, o necesidades de corralitos para evitar la fuga de capitales…. El plan ascendería, en principio, a 250.000 millones de euros y se activaría cuando el coste de la emisión de deuda pública en el mercado sea inasumible para un país.

Algo de lo que habíamos hablado en este blog hace un par de semanas y fue rotundamente desmentido (una vez más) por nuestros gobernantes.

martes, 29 de junio de 2010

¿Qué pasa con España?

Resulta curioso comprobar que, cuando pregunto a mis colegas de Georgetown University sobre la crisis en USA (su evolución, perspectivas, etc.) todos me responden con otra pregunta: ¿qué pasa con España?

Es la primera vez en estos 14 años que llevo viniendo a Georgetown que veo como a los americanos les interesa mucho más Europa que América. Y nunca jamás he visto que les preocupara tanto saber sobre España, como en estos momentos. Tal vez hayan dejado de mirarse al ombligo...preocupados por el color que está adquiriendo el grano.

Les preocupa Europa y lo que puede suceder tras el cambio de planes de los europeos al dictado de Merkel. Tras el crash del 2008 con la quiebra de Lehman Brothers el G-20 apostó por unanimidad por los ambiciosos planes de estímulo (corroborados posteriormente en las cumbres de Londres en primavera de 2009 y Pittsburgh en otoño). Este fin de semana en Toronto hemos visto un divorcio entre Obama y Merkel, entre lo que piensa el Gobierno USA (que no comparten muchos norteamericanos) que es ralentizar al máximo la retirada de los espectaculares paquetes de ayuda (estímulo a través del gasto público) y lo que piensan los principales países de la UE (que tampoco todos) que es la urgente necesidad de reducir el déficit público para frenar el incremento de la deuda, la escalada de los tipos de los bonos de países como España y el creciente riesgo de suspensión de pagos de algunos países (default).
Creo que la solución acordada e Toronto pretende mear sin echar gota: Barack Obama acepta el objetivo de reducción de déficit acordado en el G-20 a cambio de que el documento de conclusiones situara el “crecimiento”, y no la austeridad fiscal, como la máxima prioridad de los países ricos. No creo que sea eso lo que tienen en mente algunos de esos países. El acuerdo es un ejemplo de funcionamiento de la “cocina diplomática”: nadie se siente menospreciado y todos consiguen su objetivo. Pero, ¿servirá para algo?

Todo un acto de fe eso de pensar que se pueden consolidar ambos objetivos: reducir el déficit a largo y crecer a corto. La cumbre no debió celebrarse en Toronto sino en Disneylandia. Si Barak Obama fuera el Sherif Woody y Angela Merkel Hanna Montana el acuerdo podría incluso llegar a ese efectivo.

Seamos realistas: o una cosa, o la otra.

O apostamos por el crecimiento continuando con los estímulos (incrementando el gasto público) a la espera de una recuperación fuerte en los próximos dos o tres años.

O apostamos por reducir al máximo el gasto público y consecuentemente la deuda.

Si optamos por la primera estrategia y no funciona (las posibilidades de éxito creo son inferiores al 50%) el resultado es claro: default de varios países grandes (como España) que arrastraría al Euro, a los bancos europeos, a otros países de la UE y por extensión a todo el mundo. Es decir: el caos.

Si optamos por la segunda estrategia no hay riesgos, sino realidades: la economía de muchos países se “japonesizará” y se mantendrá con crecimientos muy bajos, próximos a cero, durante al menos una década. Diremos adiós a nuestra sanidad, a la educación gratuíta, se incrementarán los conflictos sociales, aprenderemos a covivir con una tasa delparo del 20%, crecerá la delincuencia, etc.

El caso es que la hemos liado bien gorda, pero nadie quiere reconocerlo. Volver a corto plazo al escenario de hace cuatro o cinco años es una quimera. Cuanto antes seamos capaces de reconocerlo, mejor para todos.

Volviendo a mis comentarios del principio: la creciente preocupación con la que los analistas norteamericanos miran a España. Se acaban de publicar dos informes (del Fondo Monetario Internacional -FMI)- y del Banco de Pagos Internacional -BPI) que analizan la sostenibilidad de las cuentas públicas de los países industrializados (OCDE) en las próximas dos décadas. Las conclusiones para España son contundentes: España es uno de los países que tendrá que realizar un mayor ajuste, durante más tiempo y soportando un riesgo mayor.

En ambos documentos informes se cita literalmente: “la situación de las finanzas públicas españolas es más que preocupante”.

Los estudios hablan de lo que todos ya sabemos (cómo se ha disparado la deuda pública en los últimos tres años, el endeudamiento público y privado, la concentración de las inversiones en sectores poco productivos…) y añade un elemento que hasta ahora pocos habían tenido en cuenta (porque pocos analizan esta crisis a largo plazo): el envejecimiento de la población española.

Dice el FMI que España será uno de los países en los que más van a crecer las clases pasivas (jubilados y otros pensionistas) y en el que menos van a aumentar los cotizantes (en parte por una cuestión demográfica y en parte por la rigidez del mercado laboral). En el informe hay un gráfico que cruza ambos factores (el ajuste fiscal necesario en un eje y el crecimiento de las clases pasivos por otro). Resultado: España está en una de las peores situaciones posibles: un nivel de déficit que hace necesario un fuerte ajuste fiscal (el FMI lo cuantifica en un 9,2% del PIB), unido a unas perspectivas de envejecimiento poblacional (4,3% de incremento de aquí a 2030) que harán mucho más difícil este ajuste. Pero hay un país que en ese gráfico está pero que España: los Estados Unidos de América. ¡Ojo al dato!

España posee todos los elementos que el estudio señala como más peligrosos para asegurar la viabilidad de las cuentas públicas.

En primer lugar, la deuda del Tesoro Público ha sido la que más ha crecido porcentualmente desde 2007 con la excepción de Irlanda. La deuda pública nacional pasará del 42% al 78% del PIB (una subida del 85%) en cuatro años.

En segundo lugar, el BPI destaca el riesgo asociado al desconocimiento del coste de “poner orden en el sistema financiero”. Algo que ya he comentado en otros post: hablamos mucho de los stress-test y de los superbancos españoles sin tener en cuenta que más allá del Santander y del BBVA hay decenas de bancos y cajas que están en una situación…no sabría decir la palabra…porque en realidad…nadie dice cómo están…o tal vez nadie sepa como están.

Y en tercer lugar el informe dice que en 2050 el envejecimiento de la población española hará insostenible la salud de las cuentas públicas a no ser que se incremente de forma significativa el crecimiento de los ingresos (vía crecimiento del PIB, del empleo, de las cotizaciones…) o que se reforme con urgencia el sistema.

En resumen:

- O nos la jugamos y apostamos todo al rojo confiando en el destino (es decir, apostamos por seguir manteniendo los estímulos, incrementando la deuda, a la espera de una recuperación mundial)

- O vamos atándonos los machos y preparándonos para una década de penurias, recorte de gastos, ajustes de déficit …

Por supuesto hay otra alternativa de la que no se ha hablado en Toronto. Pensar en pasar página y comenzar a construir el nuevo mundo que más tarde o más temprano, tendremos que comenzar a construir. No podemos proyectarnos hacia el futuro con las herramientas e ideas del pasado (decía Winston Churcill)

jueves, 17 de junio de 2010

Un traje en la sastrería de la calle 19

¡Perversos teutones! No les basta con ver derrotaba a la roja antes las tropas suizas comandadas por un general alemán en las gélidas tierras sudafricanas… y no paran de lanzarnos injurias desde sus tabloides alertando de una imaginaria suspensión de pagos de nuestro sano y vital país.

Pues bien señores; ya no son solo los diarios alemanes los que hablan de la posible quiebra de España. También lo hacen los británicos, los estadounidenses….y los españoles. A no solo los oscuros intereses de Merkel y los especuladores del mundo mundial los que hablan de los graves problemas de solvencia de la economía hispana. Ayer “El Economista” anunciaba en portada que Técnicos de la UE, del FMI y del Tesoro de EEUU están diseñando un Plan de liquidez para España.

En el 700 de la calle 19 de Washington DC (la sede del FMI) están cortando la tela para el traje que están elaborando para España. Eso si…¡un traje a la medida!

Hasta la fecha hemos ido colocando nuestro papel en los mercados sin problemas; eso sí, con la ayuda del BCE que ha puesto en marcha la máquina de imprimir billetes y pagando unos precios de escándalo. Pero el mundo tiembla solo con pensar en lo que puede pasar en julio si no colocamos los miles de millones previstos. Por eso se han puesto a trabajar en la solución (por si se da el caso) ya que en España nadie piensa en esa posibilidad (salvo los catastrofistas, los negativos y los alarmistas antipatriotas) Como hacen los niños, el Gobierno piensa que mirando hacia otro lado desaparece el problema.

Eso si; hablar de “rescate de España” acojonaría a medio mundo. Por eso simplemente nos a habilitar “una línea de crédito” para atender nuestras necesidades “puntuales” de tesorería.

Eso sí, para poder “disponer” de parte de esa línea (se habla de una disponibilidad de hasta 250.000 millones) hemos de ponernos primero “el traje a medida”. Algo parecido a lo que paso a los griegos (pero por favor, España no es Grecia –así que el nuestro no es un plan de rescate, sino una “línea de crédito” puntual); es decir, tendremos que ajustarnos el cinturón (al menos otro par de agujeros).

Para aquellos a quienes no convencen los argumentos cuantitativos (los que piensan que eso del diferencial con el bono alemán es un absurdo o que el déficit es algo que no ha de preocupar en exceso) y que piensan que España está lejos de necesitar la ayuda, les vamos a dar un dato no numérico: ni déficit, ni deuda, ni diferenciales, ni CDS… El dato lo encontramos en la lengua del de las anchoas.

Eso es. Hablamos de Revilla. Uno de los reyes de las diecisiete taifas de la piel de toro. El presidente con nombre de chorizo (sin segundas intenciones el comentario aunque se trate de un político) es por el contrario un enamorado de las anchoas de su tierra y las regala siempre que acude a alguna cita relevante. No consta que la semana pasada cuando se reunió con Zapatero en la Moncloa le diera la lata (de anchoas, porque la otra, la de su AVE a Santander, seguro se la dio). Pero al salir de la reunión Revilla se fue de la lengua: dijo que había visto a ZP muy afectado y que le había confesado que pronto se vería obligado a tomar “medidas durísimas que no se van a comprender”. Se refería a las medidas del traje de la calle 19 de Washington DC

En Washington el FMI prepara nuestro “traje” y en Alemania nos facilitan un “paraguas” (eso dijo metafóricamente el lunes la canciller Angela Merkel). Un plan de liquidez, cuya elaboración confirman fuentes próximas al instituto emisor, que corroboran también altos dirigentes empresariales, y que incorporaría ayudas financieras, en forma de una línea de crédito, por un importe de entre 200.000 y 250.000 millones de euros, frente a los 110.000 millones que se destinaron a Grecia. Al parecer, la decisión se podría haber tratado en una reunión extraordinaria y secreta del Board of Director, el organismo director del FMI, que se convocó exclusivamente para hablar sobre la situación económica española.

Si todo esto se confirma, nos espera una buena después del verano: subidas de impuestos, recorte del gasto público, co-pago de la Sanidad (¡ojo! Ya estamos empleando un término inapropiado; no sería un “co-pago” sino un “re-pago”. La sanidad no es gratuíta –como muchos quieren hacer ver- sino que ya pagamos por ella en base a nuestras cotizaciones a la Seguridad Social; ahora lo que quieren es que la volvamos a pagar)

¿Hasta cuándo? ¿Será demasiado tarde el día en que nos demos cuenta? Yo por si acaso ya pienso en mi traje: he comenzado a tomar medidas.

martes, 15 de junio de 2010

Los activos tóxicos españoles

Si nos damos un paseo por los primeros post de este blog hace un par de años leemos la crítica que ya entonces hacíamos a quiénes decía: no...si en España no tenemos "subprime". Y decíamos: el sistema financiero estadounidense se ha puesto al borde del precipicio por millones de personas que han pedido una hipoteca y no la van a pagar; en España el problema no es que no la paguen, sino que no la van a comprar (y alguien tendrá que pagar el millón de viviendas construidas, vacías y que no se van a vender en años).Los "activos tóxicos" españoles tienen forma rectangular y son de color naranja.

Interesante el informe que ha publicado el economista Xavier Mena, profesor de ESADE. Según el mismo, “un tercio” de los créditos del ladrillo son “problemáticos”.
Si tenemos en cuenta que las entidades financieras arrastran una cartera de crédito de 445.000 millones de euros con promotores y constructores nos da como resultado 165.000 millones de euros de dudoso cobro según el autor del informe. Contrasta con la cifra de 4.000 millones que declaran las propias cajas y bancos.

Los bancos y cajas han salvado el primer asalto a base de ingeniería contable: han refinanciado los créditos a las promotoras y constructoras, han sustituido créditos por acciones de esas empresas, etc. (la morosidad de los promotores y constructores ha quedado así “maquillada” hasta “sólo” el 9,6%). Todo ello con la esperanza de la recuperación económica en el horizonte, confiando en que dentro de unos años los españoles volvamos a hipotecarnos hasta las cejas para adquirir una segunda o tercera vivienda.

La economía no ha mejorado, sino que tiene a empeorar. La huída hacia delante de los bancos y cajas simplemente ha retrasado lo inevitable: la quiebra de muchas pequeñas entidades.

De esta forma, los pisos, naves, solares, etc. que han entrado en los balances de los bancos están sobrevalorados. El Banco de España está presionando cada vez más al sector financiero para que contabilice esos activos con precios “reales”. Mena dice que las cinco entidades financieras más grandes (Santander, BBVA, la Caixa, Caja Madrid y Banco Popular, que representan casi el 60% del total) podrían absorber las pérdidas de valor de los activos inmobiliarios (entre un 35% y un 50%) pero que "un gran número de entidades financieras entrarían en quiebra".
A todo ello hemos de sumar que el ladrillo spanish se ha financiado con dinero alemán: el boom inmobiliario español se ha financiado con los ahorros de los ciudadanos extranjeros; sus bancos son los que prestaron el dinero a los bancos y cajas españoles para financiar la construcción de cientos de miles de viviendas. Ahora que se ha cerrado el grifo del crédito para nuestros bancos la conclusión es clara: si no comienzan a vender, no podrán devolver sus préstamos. No cabe duda de que el impacto en el precio de la vivienda será espectacular. Otro indicio de esta situación es la “guerra” abierta por los grandes bancos para captar el ahorro de las familias españolas, con ofertas del 4% y más para nuevos depósitos de clientes que arrebatan a la competencia (algo que pueden hacer los grandes…y que dará la puntilla a los pequeños).
Además, quedan dos años (finales de 2012) para que entren en vigor las nuevas normas para los bancos, con unos requerimientos de capital más elevados y restrictivos que la mayoría de ellos ahora no cumplen. Así que tendrán que aumentar su agresividad para captar y retener clientes (porque a muchos de ellos ya no les queda nada para vender: se han desprendido de sus participaciones industriales y hasta de sus oficinas)


Y nos queda por mencionar el “chocolate del loro” (dada la magnitud del agujero de promotores y constructoras). Aunque nadie habla de ello, ¿cómo afectará a la tasa de morosidad la imposibilidad de crecer en los próximos dos o tres años –tras los recortes necesarios de gasto público- a la tasa de desempleo? El informe dice que el 19,1% de los créditos hipotecarios financió más del 80% del valor tasado de la vivienda. Ese valor de tasación en casi todos los casos supera ya el valor real de la vivienda. Lo que significa que miles de familias están en quiebra: sus deudas superan el valor de sus activos.

Los "activos tóxicos" españoles son rectangulares y de color naranja...pero con un potencial destructor mayor que una "subprime" de Minesota.

La que se avecina….

¿Preparados para lo peor?

En el anterior post (del sábado 12 de junio) hablaba del artículo del Financial Times Deutschland que decía que España iba a tirar del fondo multimillonario de estabilización de 750.000 millones de euros que la UE había preparado “por si las moscas”.

Otro diario alemán, el Suddeutsche Zeitung , volvía a apuntar a España este fin de semana: “la UE estudia cómo ayudar a España”.

Por si fuera poco, ayer lunes fue el prestigioso diario Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ) el que ha insistido en que la Unión estaría preparando el rescate de España para ayudarla a hacer frente a su "profunda crisis financiera y de deuda". Y añade que los países miembros tienen previsto tratar el tema esta misma semana en Bruselas. Pero lo más preocupante es que el FAZ cita fuentes “de los círculos gubernamentales de Berlín”. Añade además que “otros estados miembros de la zona euro consideran que las medidas de ajuste presentadas por el Gobierno de Zapatero son "inadecuadas".

Otras dos conocidas publicaciones teutonas (el semanario Der Spiegel y Die Welt) hablan con preocupación sobre las características de la crisis de nuestro país y recogen esos rumores. Die Welt habla de la presión de los mercados sobre nuestro país y la inseguridad reinante en torno a España y menciona que “el grifo del crédito se ha secado para bancos y empresas españolas”. Algo que ya no solo dicen en Alemania: el Presidente del BBVA comentó ayer lunes lo mismo; nadie se fía un pelo de los bancos españoles.

En el Reino Unido, el Daily Mail alerta acerca de la exposición de la economía y los bancos británicos que "han prestado grandes sumas de dinero en España en los últimos años". El corresponsal del diario en Bruselas destaca que las cuentas públicas españolas están "envenenadas". Añade que "España supone una amenaza mucho mayor para Europa y para el Euro" que Grecia, (nuestro PIB supone el 12% de la eurozona frente al 3% de peso de la economía helena) y termina diciendo . que "los Estados miembros no quiere esperar" ni siquiera hasta la cumbre que tendrá lugar el jueves en la capital belga para comenzar a actuar.

La UE desmiente que se esté preparando un rescate de España; nuestro Gobierno habla de ataques especulativos. Pero lo cierto es que ayer lunes la Canciller Angela Merkel pasó por alto una buena oportunidad para negar la mayor; preguntada directamente en ningún momento negó que los rumores fueran verdad. Se limito a decir: “no hay que fomentar los rumores y las especulaciones. La noticia importante es que hay un paraguas para toda la Eurozona. Es lo importante para los mercados. España o cualquier otro país sabe que ese paraguas está ahí". Ya sé que el Alemán es un idioma muy difícil de traducir y puede que el sentido de la frase fuera otropero…¡Joder! ¿Tan difícil es decir en alemán o en arameo que esos rumores no tienen fundamento alguno y que España no va a tener que ser rescatada?

Puede que no haya sido explícita porque la señora Merkel no tiene argumento alguno para serlo. O puede, como algún periódico español dice hoy, que siendo “ambigua” la Canciller contribuya con sus palabras a “abaratar” la deuda alemana (el único refugio que queda para muchos inversores). Pocas cosas hubiera podido desear Angela Merkel que fueran verdad con tanta fuerza como que la amenaza de impago de la deuda de España fuera un rumor sin fundamento. Porque si España no puede pagar no solo será una catástrofe para los españoles. La caída del sistema bancario español, advierte Der Spiegel, alcanzaría a todos los mercados internacionales. “Abaratar” la deuda alemana “encareciendo” la española sería más arriesgado que volver a alinear a Green con Inglaterra en la próxima cita mundialista.

La deuda española preocupa en Alemania. Pero no solo la deuda pública. Son varios los analistas germanos que dicen que muchas cajas de ahorros y pequeños bancos españoles están “prácticamente en bancarrota”. Mientras desde España se niega la mayor. Recuerdo hace tres años, cuando en la prensa estadounidense se decía que la burbuja inmobiliaria española iba a explotar, como se comentaba desde nuestro país exactamente lo mismo que ahora: que sabrán fuera de España lo que sucede aquí. Están sacando de madre el asunto.

La burbuja inmobiliaria estalló. En unos meses veremos estallar la burbuja financiera. Algo que en este blog ya advertíamos hace año y medio. Un argumento que ahora vemos refutado.

Sube la tasa de morosidad y seguirá subiendo. Nuestros bancos deben miles de millones (muchos de ellos a los bancos alemanes). El paro supera el 20%. Los recortes en el gasto público fulminan cualquier esperanza de recuperación de la economía española en al menos dos años. Solo el BCE sale en ayuda de nuestros bancos a base de imprimir papel. Nadie se fía de nuestro otrora “modélico y sólido” sistema financiero. Dos más dos son cuatro: deben mucho dinero y nadie les presta (los bancos van a probar su propia medicina); sus acreedores esperan pagos millonarios mientras sus deudores cada vez tienen más problemas para pagar a fin de mes la cuota de su hipoteca.

Todo lo comentado en el párrafo anterior sería suficiente para hablar de graves problemas en la banca española. Pero si a ello sumamos “la cruda realidad”, el resultado es “bancarrota”. La “cruda realidad” es la valoración de los activos inmobiliarios de los balances de los bancos: pedregales en Murcia a 40 kilómetros de la playa con adosados de cartón piedra mirando a un vertedero sobre el cual debía de haberse construido un campo de 18 hoyos, valorados en 60 millones de euros cuando su valor real tiende a cero.

España está inmersa en una peligrosísima espiral. Si no hacemos nada para remediarlo vamos a sufrir más de lo que muchos pueden llegar a imaginarse. Necesitamos con urgencia:

- Sanear el Sistema Financiero
- Y crecer

Para que la economía crezca por encima del 2,5% y se pueda generar empleo necesitamos con urgencia:

- Una reforma laboral que acabe con los contratos que existen: nada de fijos y temporales. Que todo el mundo tenga un contrato igual de fijo e igual de temporal; que las indemnizaciones por despido no sean ni 45 días ni 33 ni 20: que se comience paso a paso, acumulando un par de años por cada año trabajado. Que el despido objetivo se pueda aplicar a cualquier contrato (que no conservemos nuestros privilegios las personas que tenemos contratos de hace 15 años). Que cualquier empresa pueda descolgarse del convenio colectivo si su situación lo requiere. En resumen: flexibilidad y elasticidad; es decir, si sube la actividad que se adecue el empleo y lo mismo si baja.
- Recortar salarios ya en aquellas empresas que no sean competitivas. Si no recuperan la productividad y comienzan a ser competitivas, no van a sobrevivir. Será mejor recortarnos ahora el sueldo un 15% que quedarnos en el paro en 2011.

Si no mejoramos nuestra productividad no creceremos; y si no crecemos todo apunta en una dirección: se acabó la España que todos conocemos y volveremos muy atrás en el tiempo. Comencemos a prepararnos para lo peor...porque nadie parece estar dispuesto a mover ficha.

sábado, 12 de junio de 2010

El país de nunca pasa ná

Vivimos en el país de “nunca pasa ná”. La lectura de la prensa internacional pone los pelos de punta, pero dentro de nuestras fronteras solo se habla ya de las posibilidades de España en el mundial; cuando tal vez debiéramos hablar de “la mundial” que va a montar España como no espabilemos pronto.

El Banco Mundial dice que la “situación de España es muy grave” y no pasa nada. El Financial Times habla de una posible quiebra de España y tampoco. La última emisión de deuda se salva por los pelos gracias al Banco Central Europeo y nade se inmuta ¿Qué tendrá que suceder para que tomemos conciencia sobre la gravedad de nuestra situación? A este paso llegará julio, intentaremos colocar el masivo volumen de deuda previsto para ese mes, no encontraremos compradores, tendremos que ser rescatados por los alemanes…y tampoco pasará nada. Y para colmo seguro que además les eliminamos del Mundial en semifinales para tocarles algo más que la cartera

El Financial Times dice que España está al borde de la suspensión de pagos y que el famoso plan de rescate aprobado con nocturnidad y alevosía hace unas semanas en la UE se hizo pensando en nuestro país. El diferencial con el bono alemán se dispara por encima de 200, ni quisqui compra nuestra deuda (salvo el BCE) y aquí andamos discutiendo sobre si el despido objetivo tiene que ser subjetivo o si tienen que ser 33 en lugar de 45 (por el déficit de la hinco). País.

Otra cosa de la que se habla fuera y que aquí no queremos mentar: el camuflaje de la crisis del ladrillo mediante ingeniería contable en las entidades financieras. Han refinanciado los créditos de los promotores en unos casos y se han quedado con propiedades en otros, que siguen valoradas a uno precios irreales. ¿No será mejor reconocer cuánto antes que entre todos la hemos liado parda y dejar caer a los bancos que no sean sanos? Hacerlo implicaría volver 25 años atrás, a la época en la que nació Super Mario Bross y Ozores salía en la tele diciendo que “por fín somos Europeos”. A una España en blanco y negro, sin trenes de alta velocidad y sin un aeropuerto en cada provincia (por cierto, escribo desde un aeropuerto de una provincia que tiene dos: Coruña). Pero, no hacerlo (seguir obviando lo obvio, ignorando el problema) únicamente ralentizará nuestra recuperación; tarde o temprano el problema estallará y entonces volveremos a la década de los 80…pero habiendo perdido tres o cinco años.

Y seguimos sin una sola reforma estructural, como si nada hubiera pasado ni nada fuera a suceder. Nothing happens en el país de “nunca pasa ná”. Igual el miércoles me trago estas palabras…pero, ¿qué tomadura de pelo de reforma laboral se está proponiendo? Es un simple retoque. Necesitamos derribar y construir un nuevo edificio y el Gobierno pone encima de la mesa dos brochas, un rodillo y cuatro botes de titanlux, mientras los sindicatos dicen que a ellos les gusta el color de las paredes y que tal vez con una mano del mismo color tiremos otros 50 años.
En el resto del mundo nadie nos observa indiferente. Les tenemos descolocados. Unos piensan que tenemos un temple de acero toledano y nos equiparan al torero que espera al astado sin perturbarse mientras otros piensan que somos tontos del culo. Y por supuesto están los que piensan que somos unos getas y que como sabemos que finalmente mamá Europa (es decir, Alemania) nos sacará las castañas del fuego nosotros seguimos a lo nuestro.

De momento quien nos soluciona el primer problema (nadie quiere nuestros bonos) es el BCE; claro está, a base de imprimir billetes para comprar deuda española e inyectar liquidez en los bancos. Todo ello tarde o temprano derivará en un incremento de la inflación que a España pillará en medio de su particular recisión (o con un crecimiento medido en décimas) y cinco millones de parados.
En fin…menos mal que esta vez España no regresará a casa en cuartos y por lo menos hasta mediados de julio muy pocos haremos caso a lo que realmente pasa.

martes, 4 de mayo de 2010

El día D y la hora H: mañana será demasiado tarde

Nuestros colegas de ESADE han presentado un informe sobre la situación económica que atraviesa nuestro país; en su editorial hablan de “la hora H”. Nos la jugamos; lo dice todo el mundo tanto fuera (el FMI, la UE, las agencias de rating, los gurús mundiales de la economía…) como dentro (el Banco de España, las Escuelas de Negocios, las asociaciones empresariales, las Cámaras de Comercio…y hasta Botín). Todo el mundo, salvo el Gobierno.

El informe habla de la gran amenaza para España, Europa (y por extensión, para la incipiente recuperación de la economía mundial): la crisis de la deuda pública; un agujero que nos retrotrae en el tiempo a finales de 2007, cuando comenzó a hablarse de la crisis subprime y de los activos tóxicos (nadie sabía con exactitud el tamaño del agujero). En aquella ocasión lo que comenzó siendo un problema derivó en la mayor crisis económica de la era moderna. Hoy, algo similar sucede con la deuda pública: nadie es capaz de determinar el agujero real de países como Grecia y su inminente quiebra amenaza con extender el problema a las economías más débiles de la zona euro, como Portugal, España e Italia en caso de que no se adopten “decididos planes de ajuste”, tal y como viene advirtiendo desde hace tiempo la Comisión Europea.

ESADE recalca que los problemas de España no sólo están relacionados con el abultado déficit y la creciente deuda pública sino que derivan, igualmente, de “defectos estructurales acumulados durante el largo periodo anterior de crecimiento”, tales como la pérdida de competitividad externa y el consiguiente déficit por cuenta corriente (deuda exterior), la rigidez laboral y la elevada exposición del sistema financiero -sobre todo, cajas de ahorro- al sector inmobiliario. Por ello, la situación impone, no sólo un drástico plan de ajuste fiscal, sino también profundas reformas estructurales para evitar que la tragedia griega desembarque en España.

En 2007 teníamos un superávit del 1.9 del PIB. La nefasta gestión de la crisis nos ha llevado a superar el 11% de déficit en 2009 y a superar un 50% del PIB en cuanto a endeudamiento público (estábamos en el 36%). Si en la coctelera añadimos un 20% de paro y un estancamiento del crecimiento de la economía en los próximos tres o cuatro años, el combinado puede ser mortal: España entraría en quiebra; y (aquí tiene razón el Gobierno) España no es Grecia; España es…insalvable.

El día D amaneció hace ya rato. Se agota el tiempo; llegará la hora H y nos pillará escribiendo post en los blogs sin que quiénes hayan de remediarlo muevan ficha.