jueves, 17 de junio de 2010

Un traje en la sastrería de la calle 19

¡Perversos teutones! No les basta con ver derrotaba a la roja antes las tropas suizas comandadas por un general alemán en las gélidas tierras sudafricanas… y no paran de lanzarnos injurias desde sus tabloides alertando de una imaginaria suspensión de pagos de nuestro sano y vital país.

Pues bien señores; ya no son solo los diarios alemanes los que hablan de la posible quiebra de España. También lo hacen los británicos, los estadounidenses….y los españoles. A no solo los oscuros intereses de Merkel y los especuladores del mundo mundial los que hablan de los graves problemas de solvencia de la economía hispana. Ayer “El Economista” anunciaba en portada que Técnicos de la UE, del FMI y del Tesoro de EEUU están diseñando un Plan de liquidez para España.

En el 700 de la calle 19 de Washington DC (la sede del FMI) están cortando la tela para el traje que están elaborando para España. Eso si…¡un traje a la medida!

Hasta la fecha hemos ido colocando nuestro papel en los mercados sin problemas; eso sí, con la ayuda del BCE que ha puesto en marcha la máquina de imprimir billetes y pagando unos precios de escándalo. Pero el mundo tiembla solo con pensar en lo que puede pasar en julio si no colocamos los miles de millones previstos. Por eso se han puesto a trabajar en la solución (por si se da el caso) ya que en España nadie piensa en esa posibilidad (salvo los catastrofistas, los negativos y los alarmistas antipatriotas) Como hacen los niños, el Gobierno piensa que mirando hacia otro lado desaparece el problema.

Eso si; hablar de “rescate de España” acojonaría a medio mundo. Por eso simplemente nos a habilitar “una línea de crédito” para atender nuestras necesidades “puntuales” de tesorería.

Eso sí, para poder “disponer” de parte de esa línea (se habla de una disponibilidad de hasta 250.000 millones) hemos de ponernos primero “el traje a medida”. Algo parecido a lo que paso a los griegos (pero por favor, España no es Grecia –así que el nuestro no es un plan de rescate, sino una “línea de crédito” puntual); es decir, tendremos que ajustarnos el cinturón (al menos otro par de agujeros).

Para aquellos a quienes no convencen los argumentos cuantitativos (los que piensan que eso del diferencial con el bono alemán es un absurdo o que el déficit es algo que no ha de preocupar en exceso) y que piensan que España está lejos de necesitar la ayuda, les vamos a dar un dato no numérico: ni déficit, ni deuda, ni diferenciales, ni CDS… El dato lo encontramos en la lengua del de las anchoas.

Eso es. Hablamos de Revilla. Uno de los reyes de las diecisiete taifas de la piel de toro. El presidente con nombre de chorizo (sin segundas intenciones el comentario aunque se trate de un político) es por el contrario un enamorado de las anchoas de su tierra y las regala siempre que acude a alguna cita relevante. No consta que la semana pasada cuando se reunió con Zapatero en la Moncloa le diera la lata (de anchoas, porque la otra, la de su AVE a Santander, seguro se la dio). Pero al salir de la reunión Revilla se fue de la lengua: dijo que había visto a ZP muy afectado y que le había confesado que pronto se vería obligado a tomar “medidas durísimas que no se van a comprender”. Se refería a las medidas del traje de la calle 19 de Washington DC

En Washington el FMI prepara nuestro “traje” y en Alemania nos facilitan un “paraguas” (eso dijo metafóricamente el lunes la canciller Angela Merkel). Un plan de liquidez, cuya elaboración confirman fuentes próximas al instituto emisor, que corroboran también altos dirigentes empresariales, y que incorporaría ayudas financieras, en forma de una línea de crédito, por un importe de entre 200.000 y 250.000 millones de euros, frente a los 110.000 millones que se destinaron a Grecia. Al parecer, la decisión se podría haber tratado en una reunión extraordinaria y secreta del Board of Director, el organismo director del FMI, que se convocó exclusivamente para hablar sobre la situación económica española.

Si todo esto se confirma, nos espera una buena después del verano: subidas de impuestos, recorte del gasto público, co-pago de la Sanidad (¡ojo! Ya estamos empleando un término inapropiado; no sería un “co-pago” sino un “re-pago”. La sanidad no es gratuíta –como muchos quieren hacer ver- sino que ya pagamos por ella en base a nuestras cotizaciones a la Seguridad Social; ahora lo que quieren es que la volvamos a pagar)

¿Hasta cuándo? ¿Será demasiado tarde el día en que nos demos cuenta? Yo por si acaso ya pienso en mi traje: he comenzado a tomar medidas.

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