En los dos anteriores post de este blog decíamos que, ante el desmesurado optimismo desatado en algunas filas, los datos no animaban, ni mucho menos, a hablar de recuperación económica.
Hoy hemos sabido que el número de parados aumentó en septiembre en 48.102 personas, hasta rebasar los 4 millones. ¿Se corresponde este aumento con la teoría de “un país en recuperación”?
Esta mañana nos hemos despertado en Bilbao con aguaceros y fuertes vientos. El verano queda atrás. Y con él los argumentos para los optimistas antropológicos que celebraban los 200.000 empleos creados cuando el sol calentaba las playas y llenaba los chiringuitos de turistas. Septiembre sería la prueba de fuego y el resultado ha sido (sorprendente para algunos) negativo. Es cierto que septiembre suele ser un mal periodo para el desempleo, pero este repunte del paro ha sorprendido hasta a los más fieles creyentes de la recuperación milagrosa (porque sería un milagro recuperar nuestra economía sin hacer nada por ello).
He leído a alguno de esos optimistas antropológicos que compara los 40.000 empleos perdidos en septiembre de 2010 con los 80.000 del año pasado. Se les olvida comentar que según ellos mismos, estamos en fase de recuperación (y después de haber tocado fondo, si estamos en franca recuperación no se debían haber destruido puestos de trabajo netos, a pesar de ser septiembre y el final del verano, como dice el Dúo Dinámico). Cierto es que de los 40.000 nuevos parados unos 50.000 proceden de los servicios (como corresponde al fin de la campaña de verano) y que la construcción y la industria han generado empleo (unos 15.000 entre ambos) pero no al ritmo esperado.
Analizando los datos suena una alarma: el aumento del número de parados entre los mayores de 25 años ha sido de un 0,6%. Entre los menores de 25 años, ¡un 6%! De los 40.000 nuevos parados más de la mitad, 25.000, son jóvenes para los cuáles las puertas de acceso al mundo laboral parecen selladas con la silicona que le sobró a los sindicatos el día de la huelga. Técnicamente se podría decir que cada recién licenciado en 2010 se ha convertido en parado.
Una economía que se recupera no incrementa en un 1,2% su número de parados en un mes. De nuevo por encima de la cifra psicológica de los 4.000.000 de parados y para más inri la Seguridad Social vuelve a perder afiliados.
Quiero completar este post con unos comentarios de Joseph Stiglitz, ex economista jefe del Banco Mundial (BM) y premio Nobel de Economía, en su libro "Freefall" (Caída libre), del que publica hoy un extracto el rotativo británico "The Sunday Telegraph":
"España podría estar entrando en el mismo tipo de espiral mortal que afectó a Argentina hace sólo una década". "España es víctima de "las reglas del juego", que le obligan a recortar su gasto, lo que casi con total seguridad conducirá a un incremento aún mayor del desempleo. La economía española se ralentizará, pero la mejora de su posición fiscal será mínima: con menor crecimiento, los ingresos por vía impositiva caerán, el gasto social -como el subsidio de paro- se incrementará y los déficit seguirán siendo altos. En estos momentos, España no ha sido atacada por los especuladores, pero puede que sea sólo una cuestión de tiempo"
Stiglitz considera que la raíz del problema para países como España o Grecia es que no pueden utilizar su divisa como un elemento de reajuste de sus economías, ya que el euro tiene un cambio fijo.
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