Despejada la primera incógnita. En Estados Unidos habrá cambio. Tras años de gobierno Republicano llega un nuevo Presidente que no es un Democrata cualquiera. Pero es que Bush no ha sido un Republicano cualquiera. Ha liderado una administración que durante ocho años ha exportado rabia, miedo y arrogancia. Deja tras de si el mayor atentado de la historia contra los Estados Unidos; la configuración de un "eje del mal"; una guerra ilegal apoyada en mentiras sobre supuestas armas biológicas; una demostración de ineficiencia absoluta con el desatre del Katrina; la legalización de la tortura; y la mayor crisis económica de la historia. En definitiva, al más puro estilo maquiavélico, han sido ocho años de todo vale y el que no está conmigo está contra mi.
Obama promete otro estilo. Tal vez sea por su aspecto cosmopolita (en oposición al toque paleto de su antecesor tejano), por su juventud (en oposición a su contrcante septagenario) , por su mestizaje (en oposición a decenas de exPresidente blancos, anglosajones y potestantes) o por sus propuestas (por las cuáles ha merecido el calificativo de "socialista"). Además, gracias a la empatía que genera, el mundo le ha concedido ya una oportunidad; una oportunidad para convertirse en el primer líder global de la Historia reciente. ¿Será capaz de estar a la altura de las expectativas?
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