¡Hombre! No soy el único que avisa sobre las trampas que algunos hacen con los números. El periodista experto en economía Ignacio Marco Gardoqui también habla de ello en El Correo
Con las estadísticas y los números se pueden hacer muchas trampas, pero no han de servir para tomar el pelo a los ciudadanos; máxime cuando estamos hablando de un problema tan serio como el de la crisis.
Ahora que llegan las elecciones desde el Gobierno Vasco se están poniendo demasiado pesados con las comparaciones económicas entre Euskadi y España. Yo soy el primer en ir diciendo por medio mundo que en Euskadi hay muchas cosas que se están haciendo muy bien; y el Gobierno tiene parte de esos méritos (no todos; creo que los empresarios y trabajadores también tenemos nuestra parte de “culpa”....que oyendo a algunos políticos hablar parece que todo el mérito es de los mismo). Pero ese reconocimiento a la gestión realizada por nuestros gobernantes se deslegitima cuando, por un lado se recurre conscientemente al despiste (que no a la mentira: crear ilusión valiéndose de juegos prestidigitadores) y por otro, se ha pasado de compararnos con los mejores (para mejorar) a compararnos con los peores (para deslegitimar al adversario político). Más seriedad, señores gobernantes; y recuerden lo del “mal de muchos…”
La trampa de las estadísticas consiste en comparar una región, una comunidad autónoma con una población de dos millones y medio de habitantes, con un país de cuarenta y cinco millones. Comparar a Euskadi con España no es un ejemplo de homogeneidad. Lo lógico es comparar a Euskadi con Madrid, Cataluña, el País Valenciano, Andalucía, Navarra… Lo mismo cuando se dice que Euskadi es uno de los países con mayor renta per cápita de Europa y que estamos al nivel de Alemania, Francia, Reino Unido… situándonos entre los 5 primeros (lo los segundos detrás de Luxemburgo como dicen algunos). Es cierto, pero no es real. La realidad hay que buscarla en comparaciones homogéneas; si dividimos Europa en regiones (Baviera, Madrid, Cataluña, Londres, el Milanesado, L' Île de France….) Euskadi no está ni entre las cinco, ni entre las diez, ni entre las veinte primeras…
No me gustan las comparaciones interesadas con España, pero menos me gusta las imitaciones. Me explico. Hoy hace un año, en plena campaña electoral, el gobierno de España mentía sobre la crisis; hace poco seguían diciendo que a partir de marzo de 2009 íbamos a crecer. Ayer se hizo oficial: Euskadi ya tiene un primer trimestre (el último de 2008) de crecimiento negativo (y a la vicelehendakari no se le ocurre otra cosa que dar una rueda de prensa para celebrarlo… obviando la noticia negativa y diciendo que Euskadi ha crecido en 2008 un 2%, más que muchos países de la UE, entre ellos España). Y emulando a Zapatero y Solbes se lanza a profetizar que Euskadi no entrará en recesión. Que han “constatado” un incremento de la actividad y del consumo en las últimas semanas y que el constipado de la recta final del 2008 fue algo puntual. En definitiva, que Euskadi ya está creciendo (como España crecerá según Zapatero a partir de Marzo, la neurosis comparativa nos lleva a creer que nosotros los vascos ya estamos creciendo en Febrero). ¿Qué te apuestas? Sucederá lo mismo que con el gobierno de España el año pasado: aguantar la mentira hasta las elecciones y luego indicar que la información con la que se contaba en el momento de las declaraciones era otra o que las circunstancias del entorno han cambiado.
Marco Gardoqui dice en su artículo que “esta cansina práctica tiene, además, el clamoroso defecto de olvidar las diferencias existentes entre los sistemas fiscales mutuos. Nosotros disponemos del Concierto Económico y eso nos da un gasto público per cápita que se acerca con comodidad al doble del obtenido en el sistema común. Después se olvida el efecto de la demografía. Cuando usamos índices per cápita, todos nos salen bien; entre otras razones, porque nuestra población permanece prácticamente estancada. Por eso acostumbramos a olvidar los valores absolutos, un terreno en donde la comparación es mucho peor, como demuestra el reciente anuario elaborado por La Caixa, entre otros estudios”
Pero siendo grave jugar con las estadísticas para crear “ilusiones ópticas”, y siendo más grave aún mentir de forma consciente a los ciudadanos decir que ya estamos creciendo, lo peor de todo me parece la solemne estupidez de alegrarse porque a “España le va mal”. Más allá de sentimientos nacionalistas, independentistas, soberanistas, constitucionalistas, imperialistas… un argumento resulta inapelable: cuanto mejor le vayan a tus vecinos, mejor te irá a ti; a Euskadi le viene muy mal que a España le vaya mal (si hemos decrecido en el cuarto trimestre de 2008 es por causa de los graves problemas de la economía en otras regiones del Estado) y a Euskadi le conviene que España vaya mucho mejor. Cuando veo a algunos hacer suyas las cifras del Lehendakari y utilizarlas cuasi celebrando que a España le vaya tan mal, siento compasión por ellos.
Un “consitucionalista” se entristece al comprobar que España va mal porque para él Euskadi es parte de esa España que no funciona; un “nacionalista” se entristece al comprobar que un país vecino con España con el que nos une muchos lazos, incluidos los económicos, le va mal, porque eso es malo para Euskadi; un estúpido celebra que a España le vaya mal porque piensa que eso es bueno para Euskadi.
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