jueves, 10 de diciembre de 2009

Día 427: una de pesimistas

La economía cada vez me resulta más apasionante. Al igual que sucede con el calentamiento global del Planeta, circulan teorías de expertos absolutamente contradictorias. En el caso de la economía, además de contradictorias, resultan ambas absolutamente creíbles al estar soportadas en argumentos muy sólidos.

Es el caso de las teorías de dos expertos internacionales: : Marc Faber y Mike Shedlock (Mish). Faber es un inversor suizo y gestor de fondos, editor del boletín mensual sobre inversión The Gloom Boom & Doom Report, y popular analista entre los medios y canales financieros norteamericanos por sus predicciones catastrofistas. Por ejemplo, fue Faber quien dijo que EEUU se dirigía hacia una hiperinflación como la sufrida por Zimbabue. Mish es gestor de patrimonios, y escribe y mantiene su prestigioso blog, Global Economic Trend Analysis. En contraposición a Faber, Mish se muestra mucho más cauto al predecir hiperinflación, y ve una clara tendencia deflacionaria, resumida, entre otros factores, en el desplome del crédito.
Uno piensa que la impresión de dinero y papeles por parte de las autoridades monetarias generará inevitablemente hiperinflación, mientras que el otro ve el panorama deflacionario -debido a la contracción del crédito, caída del consumo, e ineficacia de las políticas de la banca central- como el más previsible.

El problema viene cuando ambos se ponen de acuerdo en una cosa; y cuando ese punto de acuerdo resulta tan espeluznante: nos dirigimos hacia una guerra.

En una reciente conferencia pronunciada en Singapur (ver http://www.bi-me.com/main.php?id=42214&t=1&c=35&cg=4&mset=1011 ), Fabre ha dicho que “la crisis no ha resuelto nada. Por el contrario, hay menos transparencia hoy que antes. El balance del Gobierno se está expandiendo, y los abusos que han llevado a esta crisis han continuado”. Faber vaticina una gran quiebra financiera que antecede a una guerra, liderada por los gobiernos para tratar de desviar la atención de la gente: “la continuación de estos abusos le lleva a pensar que, finalmente, habrá un gran colapso y luego toda la expansión crediticia llegará a su final […] Antes de que eso suceda, los gobiernos continuarán imprimiendo dinero, lo que con el tiempo conducirá a tasas de inflación muy altas, y la economía no responderá al estímulo”. Y termina con el mensaje más terrorífico: “La familia media se verá dañada por ello, y luego, con el fin de distraer la atención de la gente, los gobiernos irán a la guerra […] Simplemente, se inventarán un enemigo”.

Su colega “deflacionista” (Mish) ha comentado en su blog (http://globaleconomicanalysis.blogspot.com/2009/11/marc-faber-sees-war-against-invented.html ) esas ideas del “hiperinflacionista”

Faber: ¿Habrá otra guerra y será contra un enemigo imaginario?

Mish dice en su Blog que si y que será contra un enemigo imaginario. Casi todas las guerras son contra un enemigo imaginario y/o de escaso interés vital para los Estados Unidos. La Primera Guerra Mundial, Corea, Vietnam, y la Segunda Guerra del Golfo eran todas innecesarias. La Segunda Guerra Mundial fue un resultado directo de la Primera. La Guerra Contra el Terrorismo es absurda. El terror es un método. Hacer una guerra sobre un método contra un enemigo que no tiene un país real está condenada al fracaso y a desperdiciar y malgastar mucho dinero. En cuanto a quién sería el siguiente, dadas las amenazas indirectas lanzadas contra Pakistán, ése sería un lugar a tener en cuenta. Irán sería otro.

¿El índice S&P 500 y el Dow Jones bajarán en relación con el oro?

Mish está de acuerdo con eso.

¿Habrá un gran colapso y luego toda la expansión crediticia llegará a su final, los gobiernos continuarán imprimiendo dinero lo que con el tiempo conducirá a tasas de inflación muy altas, y la economía no responderá al estímulo?

Mish dice “que la economía tampoco está respondiendo al estímulo en la actualidad, al menos de una forma significativa. El 100% del crecimiento del PIB estuvo directamente relacionado con el estímulo público. La idea de que el gasto público puede dar comienzo a una recuperación económica auténtica es ridícula. No obstante, el gasto público sí puede empezar un boom artificial. La burbuja inmobiliaria es un ejemplo de esto. Sin embargo, para que comience un boom, los individuos y las empresas tienen que estar dispuestas a llevarlo a cabo. Ésa es la manera como funciona en una economía basada en el crédito. Ahora mismo el crédito personal se está contrayendo, los préstamos mediante tarjetas de crédito están cayendo y las empresas, simplemente, no quieren expandirse ante incrementos de impuestos y alto desempleo. A no ser que la Reserva Federal encienda un nuevo boom crediticio, la alta inflación es improbable. El temor ahora debería estar más en lo que haga el Congreso que en lo que haga la FED. Con todo, parece que el Congreso está empezando a ponerse un poco receloso sobre estos enormes déficits públicos. Por supuesto que el Congreso gastará, pero ¿será suficiente para que sea relevante? Lo dudo, al menos hasta que haya más purgas de deuda corporativa y de consumo vía quiebras”

Faber dice: “El sistema capitalista “tal y como lo conocemos hoy” colapsará”.

Mish responde: “De acuerdo. El modelo de papel moneda basado en el crédito que genera el sistema de reserva fraccionaria y la fabricación de dinero de la nada ha llegado a su cima. Matemáticamente es imposible que el actual esquema Ponzi de niveles de deuda cada vez más elevados sobreviva por mucho más tiempo. La única cuestión es cuándo y cómo estallará.

Faber dice: “ Los años 2006 y 2007 fueron “la cima de la prosperidad” y es improbable que la economía mundial vuelva pronto a ese nivel”.

Mish coincide: “de acuerdo. Hace tiempo propuse que el pico del crédito y de las ganancias había llegado a su cenit. Sobre el primero (junio de 2006): “La ola final de imprudencia de los consumidores creó las condiciones exactas que se requerían para su propia destrucción. La orgía de la burbuja inmobiliaria fue el último ¡Hurra! No va a volver y no habrá una burbuja más grande que la reemplace. Tanto los consumidores como los bancos se han pillado los dedos, y las actitudes han cambiado”.

Faber dice que “el capitalismo colapsará de la misma forma como colapsó el comunismo”.

Mish responde de forma contundente: “el capitalismo no colapsará, porque no estamos practicando el capitalismo. En vez de ello, estamos inmersos en una perversa mezcla de fascismo corporativo, socialismo, corrupción y confiscación de los bolsillos para y por aquellos que controlan el país. Sí, eso colapsará”.

Por último Faber dijo: “Ningún ciudadano decente debería confiar en la Reserva Federal ni un segundo. Es muy importante que todo el mundo tenga algo de oro porque el Gobierno hará de cada dólar (en el largo plazo) algo inútil”.

Mish responde: “ningún ciudadano decente debería confiar en ningún banco central en ninguna parte. Los problemas van más allá de la FED, y en el largo plazo todas las monedas de papel valen cero. Estas monedas no fluctúan, sino que todas se hunden a tasas variables”.

¿Alguien se atreve a seguir llamando “pesimistas” a los que prevén una lenta recuperación de la economía mundial? Al lado de estos economistas, parecerían optimistas patológicos.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola, felicidades por tu blog.
muy buenos los temas que se leen aqui.
Saludos,

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