La suerte está echada. Quedan unos pocos días para que arranque el 2010 y la bolita se detendrá en el rojo o en el negro. Las apuestas están cerradas, cada uno hemos hecho lo que hemos podido (o querido), incluido el Gobierno, y ahora nos queda aguardar nuestro destino.
A finales de 2010 veremos si la apuesta de este Gobierno por el gasto social y la inversión en proyectos públicos (léase Planes E, Planes Renove, subsidios, etc.) funciona y hace reaccionar a nuestra economía; o de lo contrario nos vamos al garete.
Dicen que cuando veas las barbas de tu vecino pelar, vayas poniendo las tuyas a remojar. Estamos asistiendo a lo que acontece en países como Grecia o Dubai, escuchando los avisos de las agencias de calificación de riesgos, de bancos como el suizo Credit Suisse, etc. Nos podemos encontrar con problemas de deuda soberana en la propia zona euro y España tiene, junto a Grecia e Irlanda, muchas papeletas para el desastre.
Ya he comentado en otros post del blog que la decisión del Gobierno de solucionar la crisis a base de gasto público en lugar de realizar profundas reformas estructurales tiene un alto riesgo: si falla, las consecuencias pueden ser peores que la propia crisis. Como decía al principio, la suerte está echada. Solo queda esperar a ver qué pasa.
Si el Gobierno logra reactivar la economía con sus medidas a lo largo del 2010, me quitaré el sombrero y cambiaré el nombre del Blog: en lugar de Vayacrisis! buscaré uno que sirva de homenaje a Zapatero.
Si no lo consigue (ya me estoy preparando para ello) el panorama de España es claro: viviremos el peor momento de nuestra historia reciente (desde la llegada de la Democracia).
España, al igual que cualquier empresa o particular, puede verse imposibilitada para hacer frente a sus deudas. El elevado endeudamiento y el elevado déficit (el arriesgado incremento del gasto público y le descenso de los ingresos) pueden llevar a España a la misma situación a la que irremediablemente se encamina Grecia: la intervención de sus políticas por parte de la Comisión Europea para poder acudir en su rescate.
Al igual que sucede con las empresas en concurso, el Estado puede ser “intervenido” para garantizar que pagará sus deudas; ya que su actual “gestor” (léase Zapatero) no ha sido capaz de sacar adelante “la empresa” otros tomarán las medidas necesarias y asistiremos entonces al mayor recorte de gasto público de la historia reciente del país acompañado de subidas de impuestos para equilibrar ingresos y gastos y poder de paso ir amortizando deuda.
No tiene ninguna pinta de que el Gobierno vaya a poner en marcha un duro (pero necesario) plan de austeridad presupuestaria, así que, caso de no funcionar las medidas tomadas hasta la fecha, el caso de España puede llegar a tomar el color del caso heleno.
Será entonces cuando desaparecerán de los presupuestos enormes partidas para gastos sociales (deducciones, subsidios, becas, sanidad….), se tendrán que recortar Ministerios, altos cargos, etc. y recortar los salarios de los funcionarios. Irremediablemente.
Será entonces cuando concluirá el idilio Sindicatos-Gobierno y la calle comenzará a ponerse calentita; al margen de los conflictos que puedan surgir con muchos funcionarios que pueden derivar en el bloqueo de la función pública.
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