“El hermano pobre de Europa”. Así nos califica hoy The Economist. El artículo dice que, mientras varios países de la Unión Europea han comenzado a sacar cabeza tras la dura crisis en el tercer trimestre de 2009, España siguió en caída libre (por sexto trimestre consecutivo).
Somos el país con mayor tasa de desempleo (19%) detrás de la superpotencia letona. The Economist dice que se tratar de “la resaca estructural de un país que se emborrachó" a base de ladrillos y cemento”.
La prestigiosa publicación sigue alucinando con nuestro Presidente y su optimismo patológico: en sus declaraciones en el Foro organizado por la propia publicación el pasado lunes en Madrid dijo que la “recuperación ya había comenzado”.
También hace referencia a la nueva Ley de Economía Sostenible: "buenas intenciones a falta de medidas duras; las reformas del mercado laboral quedarán fuera para agradar a los amigos sindicalistas". Una voz más que se suma al coro que reclama urgentemente una reforma del mercado laboral: “la dualidad laboral convierte al mercado español en ineficaz e injusto, ya que la mitad de los trabajadores tienen contratos indefinidos y resultan caros a la hora de despedir, mientras que el resto de la fuerza laboral pasa entre contratos por obra y servicio, subsidios por desempleo y el mercado negro”.
The Economista dice que “los trabajadores ineficientes con contrato indefinido están protegidos” y que la falta de crédito llevará a la quiebra a muichas pequeñas empresas debido al proteccionismo de empleados indefinidos y la flexibilidad limitada para nominas.
Por último considera "alarmante" el deterioro de las cuentas públicas que supone "limitaciones" para España. Ante este panorama, The Economist se pregunta de dónde vendrá el crecimiento en la economía española con menos gasto público y sin reformas radicales en perspectiva.
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