jueves, 22 de abril de 2010

Grecia asusta y España acojona

El pasado mes de febrero leí un artículo de Business Insider que decía: “Si piensan que Grecia da miedo, prepárense para España”.

En mi último post comentaba que hemos de seguir con mayor atención la evolución de la tragedia griega, porque las consecuencias nos pueden afectar de lleno.


España será el único país avanzado en recesión cuando finalice 2010 (con una caída del PIB del 0,4% según la reciente revisión del Fondo Monetario Internacional que “mejora” nuestro panorama una décima). El propio FMI pronostica un crecimiento de nuestra economía del 0,9% para 2011 (muy lejos de la cifra de crecimiento que precisamos para crear empleo neto). Nuestra tasa de paro es la peor de entro los países avanzados (rozando el 20%). Tenemos déficit de nuestras cuentas públicas, un elevadísimo déficit comercial. Y no hemos movido una sola ficha para mejorar la situación.


De momento España está colocando su deuda sin mayores problemas. Pero hoy estamos preocupados por las noticias que nos llegan desde Grecia: la crisis de la deuda griega se agrava con el incremento del diferencial con los bonos alemanes a 541 puntos básicos, un nuevo máximo histórico. La deuda griega ofrece una rentabilidad idéntica en todos los plazos, el 8,47%, lo que
delata, además de a una economía que no crece, un serio riesgo de impago. Lo más destacado es que la curva de la deuda helena se muestra completamente plana, un hecho que lleva repitiéndose en los últimos días. Es decir, ofrece idénticas rentabilidades en todos los plazos de la deuda.


Preocupa la situación griega porque se calcula que España necesita financiar unos 225.000 millones de euros y el gobierno tiene previsto colocar en el mercado 25.000 millones de deuda española el próximo mes de julio. Para esa fecha, el país heleno puede haber explotado: son muchos los analistas que consideran que, pese al plan de rescate inminente, Grecia acabará suspendiendo pagos y reestructurando la deuda con sus acreedores antes de realizar el severo ajuste fiscal que precisa; es decir, castigará a sus acreedores en lugar de castigar a su población.


Si esto sucede, la deuda de las economías más débiles de Europa se disparará, con lo que acrecentará los problemas de países como España. No en vano, cada vez son más los analistas internacionales que recomiendan a sus inversores vigilar de cerca lo que sucede en España. Porque España es demasiado grande para ser rescatada. Si España no pudiera atender su deuda
afectaría, no solo a la zona Euro (pondría en serio riesgo la corta vida de la moneda) sino a toda la economía mundial. España no es Islandia, ni tan siquiera Grecia.


En Alemania son cada vez más las personas que lo ven claro: si ayudamos a Grecia, sentamos un precedente para ayudar a otros países que no quieren hacer sus deberes (no quieren reformar las pensiones, recortar el gasto, reformar el mercado laboral..) Es mejor expulsar a esos países de la moneda única. La viabilidad del euro podría llegar a cuestionarse si los países más fuertes rechazan sostener a los más débiles y deciden que su destino mejoraría mediante la independencia monetaria. El rechazo a rescatar a Atenas sigue aumentando entre la ciudadanía alemana.


Otro informe preocupante (en este caso de una prestigiosa consultora internacional como es McKinsey). El Gobierno siempre ha dicho que afortunadamente España no está tan endeudada como otros países, y que todavía tenemos recorrido. Pero ¿qué sucede si a la deuda del Gobierno de España le sumamos la deuda de las empresas (los bancos deben cientos de miles de millones)
y la empresas? El informe de McKinsey dice que en ese caso la deuda española supera, en relación al PIB, al de todos los países desarrollados salvo Reino Unido y Japón. Seríamos uno de los países más endeudados del planeta en relación al PIB con un nivel cercano al 150% del mismo. Podemos ehchar un vistazo el informe Debt and deleveraging: The global credit bubble and its economic consequences

Tenemos la tasa de paro más alta, el mercado laborar más rígido, la competitividad de las empresas por los suelos, el déficit púbico disparado…y por si todo esto fuera poco, el informe dice que las familias españolas han sido las que han registrado un mayor apalancamiento respecto a su renta bruta en todo el mundo entre 2000 y 2008. Es decir, que se han endeudado hasta las cejas. No extraña que España sea el país del mundo que más urgentemente precisa un desapalancamiento.

Las familias ahorran ó amortizan sus créditos. El perjudicado es el consumo (al que tal vez sea necesario echar una mano;¿qué tal si subimos otros dos puntos el IVA?)

Hace tres meses recibimos el primer aviso (cuando nuestra deuda alcanzó su punto álgido). El gobierno se puso manos a la obra: anunció medidas, convocó a los agentes sociales, escuchó a los partidos...e incluso hizo algo innovado: ¡un PowerPoint!

Salgado y sus muchachos recorrieron Europa con el portátil y el puntero láser para tranquilizar a los mercados.

Mientras tanto, se habla de reforma del mercado laboral, de un ajuste en el gasto público de 50.000 millones, de ampliar la edad de jubilación.... Y los mercados internacionales dan un respiro a España; creen a Zapatero.

Pero, tal y como ha pasado con millones de españoles que creyeron en él, los mercados han descubierto el juego de Zapatero. La reforma de las pensiones duró sobre la mesa un asalto (lo que tardaron los sindicatos en levantar un poco la voz); la reforma laboral si se materializa, será insignificante (al final, para lo que acordarán cambiar se considerará innecesario tocarla); y el ahorro de los 50.000 millones se está comprobando que es una tomadura de pelo: ayuntamientos y gobiernos autónomos miran para otro lado como si con ellos no fuera la fiesta.

El mundo ha descubierto a nuestro Presidente: ni una mala palabra...ni una buena acción. Una persona a la que debieran recordar que le pagamos un salario, no para "talantear" sino para "gobernar"; es Presidente del Gobierno de España (no Presidente de la Real Academica del Talante). El panorama pinta muy mal y España necesita alguien que gobierne. No alguien que no quiera tomar una sola medida de calado y que se limita a tomar el pelo a los de fuera y a los de dentro; la última de ZP: "España hace un gran negocio ayudando a Grecia" ¡Qué listos somos! Mira que a ningún inversor internacional se le ha ocurrido antes comprar la deuda griega. Si la deuda girega fuera la mitad de buena de lo que Zapatero intenta hacernos creer grandes inversores internacionales la comprarían...sin necesidad de un plan de rescate.

España agota su credibilidad a la misma velocidad con la que aumenta el riesgo de bancarrota de Grecia. Son dos curvas (ascendente y descendente) que pronto se curzarán....y cuando eso suceda....

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