La suerte está echada. Quedan unos pocos días para que arranque el 2010 y la bolita se detendrá en el rojo o en el negro. Las apuestas están cerradas, cada uno hemos hecho lo que hemos podido (o querido), incluido el Gobierno, y ahora nos queda aguardar nuestro destino.
A finales de 2010 veremos si la apuesta de este Gobierno por el gasto social y la inversión en proyectos públicos (léase Planes E, Planes Renove, subsidios, etc.) funciona y hace reaccionar a nuestra economía; o de lo contrario nos vamos al garete.
Dicen que cuando veas las barbas de tu vecino pelar, vayas poniendo las tuyas a remojar. Estamos asistiendo a lo que acontece en países como Grecia o Dubai, escuchando los avisos de las agencias de calificación de riesgos, de bancos como el suizo Credit Suisse, etc. Nos podemos encontrar con problemas de deuda soberana en la propia zona euro y España tiene, junto a Grecia e Irlanda, muchas papeletas para el desastre.
Ya he comentado en otros post del blog que la decisión del Gobierno de solucionar la crisis a base de gasto público en lugar de realizar profundas reformas estructurales tiene un alto riesgo: si falla, las consecuencias pueden ser peores que la propia crisis. Como decía al principio, la suerte está echada. Solo queda esperar a ver qué pasa.
Si el Gobierno logra reactivar la economía con sus medidas a lo largo del 2010, me quitaré el sombrero y cambiaré el nombre del Blog: en lugar de Vayacrisis! buscaré uno que sirva de homenaje a Zapatero.
Si no lo consigue (ya me estoy preparando para ello) el panorama de España es claro: viviremos el peor momento de nuestra historia reciente (desde la llegada de la Democracia).
España, al igual que cualquier empresa o particular, puede verse imposibilitada para hacer frente a sus deudas. El elevado endeudamiento y el elevado déficit (el arriesgado incremento del gasto público y le descenso de los ingresos) pueden llevar a España a la misma situación a la que irremediablemente se encamina Grecia: la intervención de sus políticas por parte de la Comisión Europea para poder acudir en su rescate.
Al igual que sucede con las empresas en concurso, el Estado puede ser “intervenido” para garantizar que pagará sus deudas; ya que su actual “gestor” (léase Zapatero) no ha sido capaz de sacar adelante “la empresa” otros tomarán las medidas necesarias y asistiremos entonces al mayor recorte de gasto público de la historia reciente del país acompañado de subidas de impuestos para equilibrar ingresos y gastos y poder de paso ir amortizando deuda.
No tiene ninguna pinta de que el Gobierno vaya a poner en marcha un duro (pero necesario) plan de austeridad presupuestaria, así que, caso de no funcionar las medidas tomadas hasta la fecha, el caso de España puede llegar a tomar el color del caso heleno.
Será entonces cuando desaparecerán de los presupuestos enormes partidas para gastos sociales (deducciones, subsidios, becas, sanidad….), se tendrán que recortar Ministerios, altos cargos, etc. y recortar los salarios de los funcionarios. Irremediablemente.
Será entonces cuando concluirá el idilio Sindicatos-Gobierno y la calle comenzará a ponerse calentita; al margen de los conflictos que puedan surgir con muchos funcionarios que pueden derivar en el bloqueo de la función pública.
Acaba el verano de 2008 y una palabra lo inunda todo: "crisis". Los alumnos preguntan sobre la "crisis"; los profesores hablan de "crisis"; los medios de comunicación bombardean con la "crisis"; y hasta me hijo de 7 años me pregunta, "papá, ¿qué es la crisis?". Ha llegado la hora de escribir un diario..porque... ¡Vaya crisis!
miércoles, 16 de diciembre de 2009
viernes, 11 de diciembre de 2009
Día 428: el Premio Nobel de la Guerra
Llevo 41 años como corresponsal de prensa en este Planeta y los primitivos (pero complejos) seres que habitan este Planeta (los humanos) no dejan de sorprenderme. Tal vez por eso me apasionan tanto y veo justificada mi permanencia en este remoto lugar del Universo, a cinco millones de años luz (utilizando el primario sistema de medición terrícola precuántico) de mi querido planeta.
Hace algo más de 100 años un empresario llamado Alfred Nobel manifestó en su testamento su voluntad de reconocer la labor de las personas y organizaciones que contribuyeran de forma notable a la evolución de la sociedad. Esos galardones (denominados Premios Nobel) van acompañados de una significativa recompensa económica (algo que como he escrito en otras crónicas desde este Planeta estimula en gran medida a los humanos) pero sobre todo gozan del máximo prestigio y reconocimiento a nivel mundial (no tan importante en su escala de valores como el dinero, pero relevante)
Entre ellos se entrega el llamado Premio Nobel de la Paz. A lo largo de cien años este galardón ha reconocido el trabajo en pos de la Paz de personas y organizaciones cuyo mensaje ha dejado huella no solo en la Tierra, sino en otros planetas de la Vía Láctea y galaxias vecinas, como el nuestro: Martin Luther King, la Cruz Roja, la Madre Teresa de Calcuta, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Nelson Mandela, UNICEF…
Probablemente llamará la atención a los habitantes de nuestro Planeta la designación del Comandante en Jefe de un Ejército que en estos momentos combate en dos guerras como Premio Nobel de la Paz. Forma parte de la paradójica complejidad de estos interesantes seres primitivos que habitan este pequeño planeta azul situado en un pequeño sistema formado por un pequeño número de planetas entorno a una diminuta estrella a la que llaman Sol.
El Comandante en Jefe del Ejército de los Estados Unidos de América voló (en una primitiva aeronave propulsada por combustibles fósiles denominada Air “Force” One) desde su ciudad (Washington) al lugar donde se celebra todos los años la ceremonia de entrega de los Premios Nobel (Oslo) unos días después de ordenar a 30.000 de sus soldados que se prepararan para reforzar las tropas de uno de sus campos de batalla: un remoto y complejo territorio llamado Afganistán.
Llamará la atención a los lectores de nuestro Planeta (a pesar de llevar tanto tiempo entre los humanos a mí también me siguen sorprendiendo sus reacciones) que el Premio Nobel de la Paz citara en 30 ocasiones la palabra “guerra” por tan solo 10 la palabra “paz”. En su discurso el Comandante comentó que "los instrumentos de la guerra tienen un papel que jugar para mantener la paz".
A lo largo de su alocución lanzó mensajes de paz a dos países del mismo Planeta con los que mantiene algunas diferencias: Corea del Norte e Irán. Expresamente, refiriéndose a ambos territorios, el Comandante en Jefe dijo que “los regímenes que violen las normas deben rendir cuentas" (deduzco se trata de un mensaje de Paz aunque he de confesar que esta situación me genera confusión al no alcanzar a comprender la dicotómica complejidad del ser humano y su metafórica forma de expresión)
En su discurso no hizo mención al sorprendente (desde nuestro “extravialácteo” punto de vista) modo de sancionar a los similares que infringen las normas de convivencia (recordamos que los humanos no utilizan metodologías basadas en imposibilitar la comisión de delitos mediante prevención a través de la identificación de potenciales motivos que puedan derivar en conductas impropias, sino que optan por el primitivo medio –extinguido en nuestra sociedad hace cien mil años- del “castigo”). En su país se utiliza la denominada por los humanos “pena de muerte” (no quiero herir la sensibilidad de nuestros lectores, pero he de recordar que en este Planeta las leyes permiten que sus habitantes se maten los unos a los otros con el beneplácito de la justicia y la complacencia de una parte de la sociedad), pero tal vez este aspecto era desconocido por los miembros del jurado que concede esta noble distinción.
Por último, una “anécdota” (como gustan de decir los terrícolas): Alfred Nobel, padre de los referidos galardones, amasó su fortuna inventando y fabricando la dinamita (una sustancia detonante muy elemental compuesta por nitroglicerina y dióxido de silicio) que se emplea, entre otras cosas, en los explosivos utilizados por los humanos en sus fratricidas contiendas bélicas.
¡Ahora comprendo el Nobel de la Paz de Obama!
Hace algo más de 100 años un empresario llamado Alfred Nobel manifestó en su testamento su voluntad de reconocer la labor de las personas y organizaciones que contribuyeran de forma notable a la evolución de la sociedad. Esos galardones (denominados Premios Nobel) van acompañados de una significativa recompensa económica (algo que como he escrito en otras crónicas desde este Planeta estimula en gran medida a los humanos) pero sobre todo gozan del máximo prestigio y reconocimiento a nivel mundial (no tan importante en su escala de valores como el dinero, pero relevante)
Entre ellos se entrega el llamado Premio Nobel de la Paz. A lo largo de cien años este galardón ha reconocido el trabajo en pos de la Paz de personas y organizaciones cuyo mensaje ha dejado huella no solo en la Tierra, sino en otros planetas de la Vía Láctea y galaxias vecinas, como el nuestro: Martin Luther King, la Cruz Roja, la Madre Teresa de Calcuta, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Nelson Mandela, UNICEF…
Probablemente llamará la atención a los habitantes de nuestro Planeta la designación del Comandante en Jefe de un Ejército que en estos momentos combate en dos guerras como Premio Nobel de la Paz. Forma parte de la paradójica complejidad de estos interesantes seres primitivos que habitan este pequeño planeta azul situado en un pequeño sistema formado por un pequeño número de planetas entorno a una diminuta estrella a la que llaman Sol.
El Comandante en Jefe del Ejército de los Estados Unidos de América voló (en una primitiva aeronave propulsada por combustibles fósiles denominada Air “Force” One) desde su ciudad (Washington) al lugar donde se celebra todos los años la ceremonia de entrega de los Premios Nobel (Oslo) unos días después de ordenar a 30.000 de sus soldados que se prepararan para reforzar las tropas de uno de sus campos de batalla: un remoto y complejo territorio llamado Afganistán.
Llamará la atención a los lectores de nuestro Planeta (a pesar de llevar tanto tiempo entre los humanos a mí también me siguen sorprendiendo sus reacciones) que el Premio Nobel de la Paz citara en 30 ocasiones la palabra “guerra” por tan solo 10 la palabra “paz”. En su discurso el Comandante comentó que "los instrumentos de la guerra tienen un papel que jugar para mantener la paz".
A lo largo de su alocución lanzó mensajes de paz a dos países del mismo Planeta con los que mantiene algunas diferencias: Corea del Norte e Irán. Expresamente, refiriéndose a ambos territorios, el Comandante en Jefe dijo que “los regímenes que violen las normas deben rendir cuentas" (deduzco se trata de un mensaje de Paz aunque he de confesar que esta situación me genera confusión al no alcanzar a comprender la dicotómica complejidad del ser humano y su metafórica forma de expresión)
En su discurso no hizo mención al sorprendente (desde nuestro “extravialácteo” punto de vista) modo de sancionar a los similares que infringen las normas de convivencia (recordamos que los humanos no utilizan metodologías basadas en imposibilitar la comisión de delitos mediante prevención a través de la identificación de potenciales motivos que puedan derivar en conductas impropias, sino que optan por el primitivo medio –extinguido en nuestra sociedad hace cien mil años- del “castigo”). En su país se utiliza la denominada por los humanos “pena de muerte” (no quiero herir la sensibilidad de nuestros lectores, pero he de recordar que en este Planeta las leyes permiten que sus habitantes se maten los unos a los otros con el beneplácito de la justicia y la complacencia de una parte de la sociedad), pero tal vez este aspecto era desconocido por los miembros del jurado que concede esta noble distinción.
Por último, una “anécdota” (como gustan de decir los terrícolas): Alfred Nobel, padre de los referidos galardones, amasó su fortuna inventando y fabricando la dinamita (una sustancia detonante muy elemental compuesta por nitroglicerina y dióxido de silicio) que se emplea, entre otras cosas, en los explosivos utilizados por los humanos en sus fratricidas contiendas bélicas.
¡Ahora comprendo el Nobel de la Paz de Obama!
jueves, 10 de diciembre de 2009
Día 427: una de pesimistas
La economía cada vez me resulta más apasionante. Al igual que sucede con el calentamiento global del Planeta, circulan teorías de expertos absolutamente contradictorias. En el caso de la economía, además de contradictorias, resultan ambas absolutamente creíbles al estar soportadas en argumentos muy sólidos.
Es el caso de las teorías de dos expertos internacionales: : Marc Faber y Mike Shedlock (Mish). Faber es un inversor suizo y gestor de fondos, editor del boletín mensual sobre inversión The Gloom Boom & Doom Report, y popular analista entre los medios y canales financieros norteamericanos por sus predicciones catastrofistas. Por ejemplo, fue Faber quien dijo que EEUU se dirigía hacia una hiperinflación como la sufrida por Zimbabue. Mish es gestor de patrimonios, y escribe y mantiene su prestigioso blog, Global Economic Trend Analysis. En contraposición a Faber, Mish se muestra mucho más cauto al predecir hiperinflación, y ve una clara tendencia deflacionaria, resumida, entre otros factores, en el desplome del crédito.
Uno piensa que la impresión de dinero y papeles por parte de las autoridades monetarias generará inevitablemente hiperinflación, mientras que el otro ve el panorama deflacionario -debido a la contracción del crédito, caída del consumo, e ineficacia de las políticas de la banca central- como el más previsible.
El problema viene cuando ambos se ponen de acuerdo en una cosa; y cuando ese punto de acuerdo resulta tan espeluznante: nos dirigimos hacia una guerra.
En una reciente conferencia pronunciada en Singapur (ver http://www.bi-me.com/main.php?id=42214&t=1&c=35&cg=4&mset=1011 ), Fabre ha dicho que “la crisis no ha resuelto nada. Por el contrario, hay menos transparencia hoy que antes. El balance del Gobierno se está expandiendo, y los abusos que han llevado a esta crisis han continuado”. Faber vaticina una gran quiebra financiera que antecede a una guerra, liderada por los gobiernos para tratar de desviar la atención de la gente: “la continuación de estos abusos le lleva a pensar que, finalmente, habrá un gran colapso y luego toda la expansión crediticia llegará a su final […] Antes de que eso suceda, los gobiernos continuarán imprimiendo dinero, lo que con el tiempo conducirá a tasas de inflación muy altas, y la economía no responderá al estímulo”. Y termina con el mensaje más terrorífico: “La familia media se verá dañada por ello, y luego, con el fin de distraer la atención de la gente, los gobiernos irán a la guerra […] Simplemente, se inventarán un enemigo”.
Su colega “deflacionista” (Mish) ha comentado en su blog (http://globaleconomicanalysis.blogspot.com/2009/11/marc-faber-sees-war-against-invented.html ) esas ideas del “hiperinflacionista”
Faber: ¿Habrá otra guerra y será contra un enemigo imaginario?
Mish dice en su Blog que si y que será contra un enemigo imaginario. Casi todas las guerras son contra un enemigo imaginario y/o de escaso interés vital para los Estados Unidos. La Primera Guerra Mundial, Corea, Vietnam, y la Segunda Guerra del Golfo eran todas innecesarias. La Segunda Guerra Mundial fue un resultado directo de la Primera. La Guerra Contra el Terrorismo es absurda. El terror es un método. Hacer una guerra sobre un método contra un enemigo que no tiene un país real está condenada al fracaso y a desperdiciar y malgastar mucho dinero. En cuanto a quién sería el siguiente, dadas las amenazas indirectas lanzadas contra Pakistán, ése sería un lugar a tener en cuenta. Irán sería otro.
¿El índice S&P 500 y el Dow Jones bajarán en relación con el oro?
Mish está de acuerdo con eso.
¿Habrá un gran colapso y luego toda la expansión crediticia llegará a su final, los gobiernos continuarán imprimiendo dinero lo que con el tiempo conducirá a tasas de inflación muy altas, y la economía no responderá al estímulo?
Mish dice “que la economía tampoco está respondiendo al estímulo en la actualidad, al menos de una forma significativa. El 100% del crecimiento del PIB estuvo directamente relacionado con el estímulo público. La idea de que el gasto público puede dar comienzo a una recuperación económica auténtica es ridícula. No obstante, el gasto público sí puede empezar un boom artificial. La burbuja inmobiliaria es un ejemplo de esto. Sin embargo, para que comience un boom, los individuos y las empresas tienen que estar dispuestas a llevarlo a cabo. Ésa es la manera como funciona en una economía basada en el crédito. Ahora mismo el crédito personal se está contrayendo, los préstamos mediante tarjetas de crédito están cayendo y las empresas, simplemente, no quieren expandirse ante incrementos de impuestos y alto desempleo. A no ser que la Reserva Federal encienda un nuevo boom crediticio, la alta inflación es improbable. El temor ahora debería estar más en lo que haga el Congreso que en lo que haga la FED. Con todo, parece que el Congreso está empezando a ponerse un poco receloso sobre estos enormes déficits públicos. Por supuesto que el Congreso gastará, pero ¿será suficiente para que sea relevante? Lo dudo, al menos hasta que haya más purgas de deuda corporativa y de consumo vía quiebras”
Faber dice: “El sistema capitalista “tal y como lo conocemos hoy” colapsará”.
Mish responde: “De acuerdo. El modelo de papel moneda basado en el crédito que genera el sistema de reserva fraccionaria y la fabricación de dinero de la nada ha llegado a su cima. Matemáticamente es imposible que el actual esquema Ponzi de niveles de deuda cada vez más elevados sobreviva por mucho más tiempo. La única cuestión es cuándo y cómo estallará.
Faber dice: “ Los años 2006 y 2007 fueron “la cima de la prosperidad” y es improbable que la economía mundial vuelva pronto a ese nivel”.
Mish coincide: “de acuerdo. Hace tiempo propuse que el pico del crédito y de las ganancias había llegado a su cenit. Sobre el primero (junio de 2006): “La ola final de imprudencia de los consumidores creó las condiciones exactas que se requerían para su propia destrucción. La orgía de la burbuja inmobiliaria fue el último ¡Hurra! No va a volver y no habrá una burbuja más grande que la reemplace. Tanto los consumidores como los bancos se han pillado los dedos, y las actitudes han cambiado”.
Faber dice que “el capitalismo colapsará de la misma forma como colapsó el comunismo”.
Mish responde de forma contundente: “el capitalismo no colapsará, porque no estamos practicando el capitalismo. En vez de ello, estamos inmersos en una perversa mezcla de fascismo corporativo, socialismo, corrupción y confiscación de los bolsillos para y por aquellos que controlan el país. Sí, eso colapsará”.
Por último Faber dijo: “Ningún ciudadano decente debería confiar en la Reserva Federal ni un segundo. Es muy importante que todo el mundo tenga algo de oro porque el Gobierno hará de cada dólar (en el largo plazo) algo inútil”.
Mish responde: “ningún ciudadano decente debería confiar en ningún banco central en ninguna parte. Los problemas van más allá de la FED, y en el largo plazo todas las monedas de papel valen cero. Estas monedas no fluctúan, sino que todas se hunden a tasas variables”.
¿Alguien se atreve a seguir llamando “pesimistas” a los que prevén una lenta recuperación de la economía mundial? Al lado de estos economistas, parecerían optimistas patológicos.
Es el caso de las teorías de dos expertos internacionales: : Marc Faber y Mike Shedlock (Mish). Faber es un inversor suizo y gestor de fondos, editor del boletín mensual sobre inversión The Gloom Boom & Doom Report, y popular analista entre los medios y canales financieros norteamericanos por sus predicciones catastrofistas. Por ejemplo, fue Faber quien dijo que EEUU se dirigía hacia una hiperinflación como la sufrida por Zimbabue. Mish es gestor de patrimonios, y escribe y mantiene su prestigioso blog, Global Economic Trend Analysis. En contraposición a Faber, Mish se muestra mucho más cauto al predecir hiperinflación, y ve una clara tendencia deflacionaria, resumida, entre otros factores, en el desplome del crédito.
Uno piensa que la impresión de dinero y papeles por parte de las autoridades monetarias generará inevitablemente hiperinflación, mientras que el otro ve el panorama deflacionario -debido a la contracción del crédito, caída del consumo, e ineficacia de las políticas de la banca central- como el más previsible.
El problema viene cuando ambos se ponen de acuerdo en una cosa; y cuando ese punto de acuerdo resulta tan espeluznante: nos dirigimos hacia una guerra.
En una reciente conferencia pronunciada en Singapur (ver http://www.bi-me.com/main.php?id=42214&t=1&c=35&cg=4&mset=1011 ), Fabre ha dicho que “la crisis no ha resuelto nada. Por el contrario, hay menos transparencia hoy que antes. El balance del Gobierno se está expandiendo, y los abusos que han llevado a esta crisis han continuado”. Faber vaticina una gran quiebra financiera que antecede a una guerra, liderada por los gobiernos para tratar de desviar la atención de la gente: “la continuación de estos abusos le lleva a pensar que, finalmente, habrá un gran colapso y luego toda la expansión crediticia llegará a su final […] Antes de que eso suceda, los gobiernos continuarán imprimiendo dinero, lo que con el tiempo conducirá a tasas de inflación muy altas, y la economía no responderá al estímulo”. Y termina con el mensaje más terrorífico: “La familia media se verá dañada por ello, y luego, con el fin de distraer la atención de la gente, los gobiernos irán a la guerra […] Simplemente, se inventarán un enemigo”.
Su colega “deflacionista” (Mish) ha comentado en su blog (http://globaleconomicanalysis.blogspot.com/2009/11/marc-faber-sees-war-against-invented.html ) esas ideas del “hiperinflacionista”
Faber: ¿Habrá otra guerra y será contra un enemigo imaginario?
Mish dice en su Blog que si y que será contra un enemigo imaginario. Casi todas las guerras son contra un enemigo imaginario y/o de escaso interés vital para los Estados Unidos. La Primera Guerra Mundial, Corea, Vietnam, y la Segunda Guerra del Golfo eran todas innecesarias. La Segunda Guerra Mundial fue un resultado directo de la Primera. La Guerra Contra el Terrorismo es absurda. El terror es un método. Hacer una guerra sobre un método contra un enemigo que no tiene un país real está condenada al fracaso y a desperdiciar y malgastar mucho dinero. En cuanto a quién sería el siguiente, dadas las amenazas indirectas lanzadas contra Pakistán, ése sería un lugar a tener en cuenta. Irán sería otro.
¿El índice S&P 500 y el Dow Jones bajarán en relación con el oro?
Mish está de acuerdo con eso.
¿Habrá un gran colapso y luego toda la expansión crediticia llegará a su final, los gobiernos continuarán imprimiendo dinero lo que con el tiempo conducirá a tasas de inflación muy altas, y la economía no responderá al estímulo?
Mish dice “que la economía tampoco está respondiendo al estímulo en la actualidad, al menos de una forma significativa. El 100% del crecimiento del PIB estuvo directamente relacionado con el estímulo público. La idea de que el gasto público puede dar comienzo a una recuperación económica auténtica es ridícula. No obstante, el gasto público sí puede empezar un boom artificial. La burbuja inmobiliaria es un ejemplo de esto. Sin embargo, para que comience un boom, los individuos y las empresas tienen que estar dispuestas a llevarlo a cabo. Ésa es la manera como funciona en una economía basada en el crédito. Ahora mismo el crédito personal se está contrayendo, los préstamos mediante tarjetas de crédito están cayendo y las empresas, simplemente, no quieren expandirse ante incrementos de impuestos y alto desempleo. A no ser que la Reserva Federal encienda un nuevo boom crediticio, la alta inflación es improbable. El temor ahora debería estar más en lo que haga el Congreso que en lo que haga la FED. Con todo, parece que el Congreso está empezando a ponerse un poco receloso sobre estos enormes déficits públicos. Por supuesto que el Congreso gastará, pero ¿será suficiente para que sea relevante? Lo dudo, al menos hasta que haya más purgas de deuda corporativa y de consumo vía quiebras”
Faber dice: “El sistema capitalista “tal y como lo conocemos hoy” colapsará”.
Mish responde: “De acuerdo. El modelo de papel moneda basado en el crédito que genera el sistema de reserva fraccionaria y la fabricación de dinero de la nada ha llegado a su cima. Matemáticamente es imposible que el actual esquema Ponzi de niveles de deuda cada vez más elevados sobreviva por mucho más tiempo. La única cuestión es cuándo y cómo estallará.
Faber dice: “ Los años 2006 y 2007 fueron “la cima de la prosperidad” y es improbable que la economía mundial vuelva pronto a ese nivel”.
Mish coincide: “de acuerdo. Hace tiempo propuse que el pico del crédito y de las ganancias había llegado a su cenit. Sobre el primero (junio de 2006): “La ola final de imprudencia de los consumidores creó las condiciones exactas que se requerían para su propia destrucción. La orgía de la burbuja inmobiliaria fue el último ¡Hurra! No va a volver y no habrá una burbuja más grande que la reemplace. Tanto los consumidores como los bancos se han pillado los dedos, y las actitudes han cambiado”.
Faber dice que “el capitalismo colapsará de la misma forma como colapsó el comunismo”.
Mish responde de forma contundente: “el capitalismo no colapsará, porque no estamos practicando el capitalismo. En vez de ello, estamos inmersos en una perversa mezcla de fascismo corporativo, socialismo, corrupción y confiscación de los bolsillos para y por aquellos que controlan el país. Sí, eso colapsará”.
Por último Faber dijo: “Ningún ciudadano decente debería confiar en la Reserva Federal ni un segundo. Es muy importante que todo el mundo tenga algo de oro porque el Gobierno hará de cada dólar (en el largo plazo) algo inútil”.
Mish responde: “ningún ciudadano decente debería confiar en ningún banco central en ninguna parte. Los problemas van más allá de la FED, y en el largo plazo todas las monedas de papel valen cero. Estas monedas no fluctúan, sino que todas se hunden a tasas variables”.
¿Alguien se atreve a seguir llamando “pesimistas” a los que prevén una lenta recuperación de la economía mundial? Al lado de estos economistas, parecerían optimistas patológicos.
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