Ignacio
González representa a la perfección lo que han sido y son muchos de los
politiquillos que nos rodean. Se creen por encima del bien y del mal, han hecho
de su capa un sayo y cuando les pillan con el carrito del helado, huyen hacia
delante poniendo cara de inocentes que sufren conspiraciones mediáticas. Estos cargos públicos que llenan minutos en las tertulias de televisión con sus andanzas ¿son tontos o corruptos?
Para
empezar estos politiquillos son protagonistas contemporáneos de la hoguera de
las vanidades de Tom Wolfe, comandados por la hipocresía y el juego de
apariencias. No basta con tener el poder; he de demostrar que también tengo
dinero (aunque luego tus nóminas de los últimos veinte años no puedan
sostenerlo). No basta con gobernar una comunidad de siete estrellas; he de codearme con la jet-marbellí (a la sazón
horteras de papel cuché venidos a menos, politiquillos del tres al cuarto y
mafiosos eslavos con Lamborghini amarillo) y en un arrebato de horterismo ibérico, me compro un ático
en Marbella.
Para
empezar el famoso ático de Marbella no está en Marbella. Es el ático 11, del bloque 11 de la
urbanización Alhambra del Golf, en Estepona (Málaga). Tampoco es la mansión de
los Plaff: son tres dormitorios, tres baños, un aseo, cocina y salón-comedor en
112 metros cuadrados más otros tantos de terrazas en una planta y otros 238
metros cuadrados de terrazita en la planta superior. Apañado pero ideal para
quien gusta de aparentar y con la posibilidad de coincidir en el ascensor con la
hija del dictador.
Hasta
aquí al amigo González no le podemos imputar delito alguno; a lo sumo algún
pecado capital. Ahora bien, no me digas que la historia del famoso ático de
Marbella (que está en Estepona) no tiene tela. Digna de un guión cinematográfico
(que tal vez pueda producir alguna empresa de Enrique Cerezo).
El
empresario vizcaíno Francisco Javier Villate y su socio Antonio Díez Portillo levantaron
la urbanización Alhambra del Golf hace unos años. Villate vivió en el ático en
cuestión desde 2002 hasta que a finales de 2006 le colgó el cartel de “Se
Vende” con su teléfono móvil, fijo un precio de salida superior al millón de
euros y encargó la comercialización del ático a una de las inmobiliarias más
prestigiosas de la zona, Villagest, con cuya propietaria, Marisa Barrie, tenía
amistad.
Barrie
estaba afiliada al PP y mantenía contacto con varios dirigentes populares a los
que les encantaba hacerse ver por Marbella cuando llega el veranito (presume
orgullosa de ser quien vendió su casa al matrimonio Aznar). Un día recibe la
llamada de Lourdes Cavero, señora esposa del presidente de la Comunidad de
Madrid, quien quería comprar “algo por la zona… en torno al millón de euros”.
Tal y como contó la agente inmobiliaria a El Mundo, le enseñó cinco o seis
propiedades en Marbella, Puerto Banús y Guadalmina y a Cavero le encantó el
ático en cuestión, hasta el punto de visitarlo en dos ocasiones, una de ellas
con una amiga. En palabras de la agente inmobiliaria, “ella quería comprar, en
ningún momento me habló de intención de alquilar".
Y
dos semanas después, en marzo de 2008, resulta que el propietario del ático, Francisco
Javier Villate, recibe una llamada telefónica desde Los Ángeles de un tal Rudy Valner
(abogado, establecido en Beverly Hills ) quien quiere comprarle el ático. Ambos
acuerdan un precio de 750.000 euros y el estadounidense adelanta 100.000 euros
para garantizar la operación el 31 de marzo de 2008 a través de la cuenta
164301096479 del US Bank, que se encuentra a nombre de Law Offices of Rudy
Valner State Bar Client Trust.
Para
articular la operación, Rudy constituye una sociedad en el Estado de Delaware
bautizada como Coast Investors LLC y en la que pasa a ocupar el cargo de
"gerente", reservándose tan solo un 1% de las participaciones y
dejando el resto en manos de la mercantil Waldorf
Overseas, radicada en Panamá y constituida por un célebre despacho
panameño, Mossack & Fonseca (que se ha visto involucrado en sonados casos
de blanqueo de capitales).
Y
así es como una mercantil del Estado de Delaware propiedad de una sociedad
pantalla panameña constituida por expertos en la creación de estructuras societarias
para esconder la identidad de propietarios de grandes fortunas, acaba
quedándose con el ático que quería comprar la señora esposa del Presidente de
la Comunidad de Madrid (tanto Panamá como Delaware ofrecen exenciones fiscales
y, sobre todo, garantía de opacidad para los clientes que depositan allí sus
fondos)
Cierto.
No hay ningún delito en esta operación. Vamos a ver: ¿a cuántos le han quitado
un caramelo de la boca en el último minuto? Que te arrebaten un inmueble que
quieres comprar era algo habitual en la España anterior al 2008. Así que
podemos afirmar que la señora Cavero se quedó como Lina Morgan, compuesta y sin
ático.
Rudy
Valner cerró todos los flecos desde su iPhone sin moverse de Berverly Hills.
Vamos, que en ningún momento pisó la Costa del Sol para cerciorarse de los
cuatro ladrillitos comprados por 750.000 euros. Emplazó a Villate en una
notaría madrileña para cerrar la operación, desembolsando el 12 de mayo de 2008
los 650.000 euros restantes a través de la misma entidad financiera
norteamericana, pero en esta ocasión desde una cuenta nueva, la 153458023980 a
nombre de Coast Investors LLC.
La
que flipó en colores fue la agente inmobiliaria. No por perder una venta, sino
al comprobar que el ático que en su día enseñó a la señora esposa de González
estaba ocupado por la pareja popular en régimen de alquiler.
Cierto.
Hasta aquí sigue sin haber delito. Vamos a ver. Quieres comprar algo por
Marbella, tras patear la zona te mola un ático de una urba con golf, te lo
arrebata a última hora un abogado americano a través de una sociedad en
Delaware propiedad de otra sociedad panameña… y tú vas y se lo alquilas. Llamas
al tal Rudy a Beberly Hills, te presentas como la señora esposa del Presidente
de una especie de Estado pero a la española cuya bandera parece la del General
Patton y le convences para que te lo alquile por un precio de chollo. Todo muy
normal.
Cuando
la prensa comienza a preguntarse por qué el Presidente de la Comunidad de
Madrid veranea en un ático de Marbella, éste aseguró que tenía alquilado
"un apartamento en Estepona a un americano que veranea en la Costa del
Sol". Y cuando los medios aprietan, presenta 14 facturas trimestrales a
nombre de su mujer, Lourdes Cavero con pinta de ser más falsas que un bolso de
Gucci comprado en el mercado de la seda de Beijing.
Y es
en 2012 cuando González y su esposa por fin ven cumplido uno de sus sueños:
conseguir que una sociedad de Delaware propiedad de otra mercantil panameña te
venda un ático en Estepona por 770.000 euros, muy por debajo de su valor de
tasación. La escritura de compraventa del ático data del 18 de diciembre de
2012.
Volvamos
por un momento al americano, al tal Rudy Valner. El abogado es un testaferro
profesional que ofrece en Internet "la creación de escudos societarios
para ocultar patrimonios". Y casualmente Rudy trabaja habitualmente como
fiduciario en Estados Unidos para los negocios audiovisuales de Enrique Cerezo,
presidente del Atlético de Madrid y causalmente (solo casualmente) íntimo amigo
de Ignacio González. El tal Rudy es casualmente tesorero de una de las
sociedades cinematográficas de Cerezo. Ya que de cine son los negocios en
cuestión, que casualidad que casualmente pasen estas causalidades.
Si
es que el mundo es un pañuelo. Resulta que el americano que te quita a última
hora el ático que te mola y luego te lo alquila y finalmente te lo vende,
colabora de siempre con tu amigo del alma. Y que ese americano se gana la vida
creando sociedades pantalla para ocultar la identidad de quien no desea que le
pillen con una pasta que de ninguna manera pueden justificar su origen sin
pasar por Soto del Real.
Delito,
lo que se dice delito, no vemos ninguno (porque no podemos ver más allá de la Waldorf
Overseas de Panamá, que para eso existen estas sociedades opacas).
Pero hace falta ser tonto de cojones para meterse en un berenjenal de
testaferros californianos vinculados a tu amigo constructor, mercantiles en
Delaware y sociedades panameñas que primero alquilan y luego venden y encima pretender
que el dedo de Mariano Rajoy te señale como candidato a presidir de nuevo la
comunidad de las siete estrellas. En
este país los políticos prefieren ser tontos antes que delincuentes. Y al final
terminan siendo las dos cosas.