martes, 4 de mayo de 2010

El día D y la hora H: mañana será demasiado tarde

Nuestros colegas de ESADE han presentado un informe sobre la situación económica que atraviesa nuestro país; en su editorial hablan de “la hora H”. Nos la jugamos; lo dice todo el mundo tanto fuera (el FMI, la UE, las agencias de rating, los gurús mundiales de la economía…) como dentro (el Banco de España, las Escuelas de Negocios, las asociaciones empresariales, las Cámaras de Comercio…y hasta Botín). Todo el mundo, salvo el Gobierno.

El informe habla de la gran amenaza para España, Europa (y por extensión, para la incipiente recuperación de la economía mundial): la crisis de la deuda pública; un agujero que nos retrotrae en el tiempo a finales de 2007, cuando comenzó a hablarse de la crisis subprime y de los activos tóxicos (nadie sabía con exactitud el tamaño del agujero). En aquella ocasión lo que comenzó siendo un problema derivó en la mayor crisis económica de la era moderna. Hoy, algo similar sucede con la deuda pública: nadie es capaz de determinar el agujero real de países como Grecia y su inminente quiebra amenaza con extender el problema a las economías más débiles de la zona euro, como Portugal, España e Italia en caso de que no se adopten “decididos planes de ajuste”, tal y como viene advirtiendo desde hace tiempo la Comisión Europea.

ESADE recalca que los problemas de España no sólo están relacionados con el abultado déficit y la creciente deuda pública sino que derivan, igualmente, de “defectos estructurales acumulados durante el largo periodo anterior de crecimiento”, tales como la pérdida de competitividad externa y el consiguiente déficit por cuenta corriente (deuda exterior), la rigidez laboral y la elevada exposición del sistema financiero -sobre todo, cajas de ahorro- al sector inmobiliario. Por ello, la situación impone, no sólo un drástico plan de ajuste fiscal, sino también profundas reformas estructurales para evitar que la tragedia griega desembarque en España.

En 2007 teníamos un superávit del 1.9 del PIB. La nefasta gestión de la crisis nos ha llevado a superar el 11% de déficit en 2009 y a superar un 50% del PIB en cuanto a endeudamiento público (estábamos en el 36%). Si en la coctelera añadimos un 20% de paro y un estancamiento del crecimiento de la economía en los próximos tres o cuatro años, el combinado puede ser mortal: España entraría en quiebra; y (aquí tiene razón el Gobierno) España no es Grecia; España es…insalvable.

El día D amaneció hace ya rato. Se agota el tiempo; llegará la hora H y nos pillará escribiendo post en los blogs sin que quiénes hayan de remediarlo muevan ficha.